lunes, 27 de diciembre de 2010

De esto se trata la Internet



Esto es de las cosas más bellas que vi en mucho tiempo: Este excelente post en Metafilter trata con muchísimo amor, detalle, y una montaña de links el Starship Titanic, un oscuro juego de PC de 1998. El juego fue desarrollado e ideado por Douglas Adams de The Hitchhikers Guide to Galaxy.
Starship Titanic es una aventura gráfica que no tuvo muy buenas reseñas cuando se lanzó, se trataba de explorar la nave que da nombre al juego, una nave gigante que chocó en la tierra en su primer viaje. Bien a la tradición de Douglas Adams, el juego - y la novela, con el mismo nombre, que salió junto al juego - estaba lleno de cosas curiosas, easter eggs, y secretos varios. En el post pueden encontrar un montón de datos recopilados con mucho amor, desde todo el juego en youtube, arte y escenas del juego, historias bizarras sobre concursos que venían con la novela, y una guía extremadamente detallada de como poder jugar al Starship Titanic ahora.

Pero la historia no se terminó ahí. Leyendo los comentarios en el post (que conste que Metafilter debe tener la comunidad más culta e interesante del mundo y muchísimas veces los comentarios superan en calidad las publicaciones originales) uno encuentra decenas de personas recordando el juego, pequeñas historias referentes a él, críticas, etc. Un usuario comenta que una vez tuvo la oportunidad de cenar con un tal Yoz Grahame, que fue uno de los desarrolladores del juego. Al rato otro usuario se da cuenta que ese tal Yoz es un usuario de Metafilter.
Y luego, la maravilla: Ese tal Yoz aparece con un comentario gigantesco contando un montón de historias sobre el juego, incluyendo la que causo que me ponga a escribir esto.
La cuestión es que Yoz no era un desarrollador estrictamente, sino estaba dedicado a la parte web, armando el sitio web del juego, etc. Él fue el responsable de armar la version online de la novela, que tiene todas las palabras de la novela pero ordenadas alfabéticamente.

Y luego comenta sobre un Easter Egg, el más grande de todos: Una Intranet ficticia de la gente que trabajaba en la Starship Titanic, a la cual se puede ingresar de una forma compleja a través del juego, y a la cual todavía se puede acceder. Hay un montón de infornación varia, wireframes de la nave, y un foro. A Yoz le pareció simpática la idea de que en el foro los usuarios realmente puedan acceder y escribir, así que programó en una tarde una aplicación de un foro re chota, la dejó andando y se olvido de eso al día siguiente.
¿ Pero que pasó?A los seis meses de que salió el juego, se le ocurrió revisar el foro a ver qué onda y se descubrió que había como 10.000 posts. Y los nerds que llegaron a ese foro, siguieron, y siguieron, y se pusieron a crear una comunidad, haciendo roleplaying de trabajar en la Starship Titanic, creando historias e incidentes, y siguieron, durante trece años, hasta la fecha. Acá en una guía-wiki sobre hitchhikers guide to the galaxy, hay una descripción de que cuernos esta pasando en esa comunidad. Este Yoz estuvo hosteando una comunidad accidental que se fue creando sola, oculta y aislada, por un montón de nerds que entraron en un foro adentro de un Easter Egg adentro de un juego desconocido que salió hace más de una decada. En sus palabras, "Como si ignoraras los cajones de vegetales de tu heladera por un año y de pronto los revisas, y descubrís que hay un montón de tomates inteligentes muy concentrados trabajando en su tercera ópera". O como ese capítulo de Futurama donde Bender se choca contra un asteroide y de pronto tiene una población sentiente viviendo sobre su cuerpo. Lo mismo, pero de verdad. Una maravilla.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Bueno ta.

(introducción)

- Todo empezó leyendo este post de Fluxblog donde Matthew Perpetua mostraba su entusiasmo ante un nuevo tema de My Chemical Romance. La descripción me pareció interesante - la banda dejo su lado hardcore depresivo y se pasaron al power pop energético:

"I’ll be very honest with you: I definitely never anticipated loving a My Chemical Romance record this much, but then again, I also never thought they’d be the band who’d try to make Andrew W.K. seem sluggish and morose. “Planetary (GO!)” is a super-concentrated shot of thrill power, totally overwhelming in its barrage of gleeful, hyperactive hooks."

Escuché "Planetary (GO!)" y me gustó. Me recordó a los daneses cromados y melosos de Alphabeat, pero más aún más energéticos, bomásticos y exagerados. Perfecto.

- Christopher Weingarten es un crítico de rock (él mismo se pone en su bio de twitter "last music critic standing")  que en el 2009 tuvo la demente idea de hacer 1000 reseñas de discos, de discos editados ese año, todos en tweets de 140 carácteres. Lo logró, y siguió twitteando reviews (aunque no tan compulsivamente) en el 2010. También comenzó a escribir en varios medios, incluyendo el Village Voice. Me pareció siempre un crítico como mínimo interesante, y siempre entre los mejores 10-20 discos del año que él elige hay muchas bandas y proyectos totalmente desconocidos, al igual que mucho pop hiper-mainstream, así como hip hop y bandas de las que todos hablan y a todo el mundo le gusta. ¿Snob? Segurísimante, pero me da la sensación de que es Weingarten es un tipo con una opinión bastante formada y personal sobre lo que le gusta y lo que es bueno.
- Así que.. uno de los discos recomendados de Christopher del 2010 es "A Thousand Suns", el nuevo de Linkin Park. En su reseña del disco habla maravillas: "All hail A Thousands Suns, the finest dystopian fusion a major label can buy". Lo compara con el Ok Computer. También dice que la mayoría de la música del disco haría que los rajen a la mierda de cualquier Ozzfest. Pensé: "Bueno, tal vez es interesante".
- ENTONCES... cuando abrí el soulseek y decidí bajarme el "Danger Days: The True Lives Of The Fabulous Killjoys" de My Chemical Romance, dije "fuck off!" y me bajé también el de Linkin Park. Y escuche ambos. Varias veces.

- Antes: En mi vida escuché nada de My Chemical Romance excepto algún video en algúna televisión ajena de algo que me parecía una porquería depresiva al palo que no me decía nada con videos over-the-top. Pero dentro de todo nunca tuve ningún contacto con ellos. No conocía gente que los escuchaba. Es una banda que se hizo popular en el 2004-2006, y ya ahí estaba en mis veintialgo de años, fuera del target de su público. No pasó lo mismo con Linkin Park, que me los tuve que fumar por todos lados entre los 18 y 21 años, en la época que habían sacado el "Hybrid Theory" y el "Meteora". Me parecía una GADORCHA, y no le creía nada a esos rich kids con el ceño fruncido, tan en ese plan "aay, vivo en el suburbio, tengo toda mi vida solucionada y ningún problema, pero ESTOY MUY ENOJADOO!!1".
- (Algo que siempre me pareció interesante es como las bandas establecidas, famosas y con sello mainstream, de vez en cuando se rallan y sacan discos "raros", alienan a su audiencia de una forma u otra, y mandan todo a cagar. Es algo que - como muy bien decía mvc - ocurre desde los Beatles, y muchísimas veces esos discos son los más interesantes de una banda. Tanto el disco de Chemical como de Linkin Park parecían entrar en ese canon, aunque de una forma muy diferente cada uno)
- Pero bueno, la cuestión es que sí, me bajé ambos discos y los escuché, y esto es lo que puedo escribir al respecto acerca de cada uno, que justamente son lo suficientemente distintos y opuestos para que sea interesante hablar de ellos en conjunto:



My Chemical Romance - Danger Days: The True Lives Of The Fabulous Killjoys

Este disco es un ALL-CAPS-FEST. Todo el disco esta tocado con la máxima intensidad posible, las guitarras super distorsionadas, la batería tocada fuertísima, las canciones todas gritadas, TODAS tienen coros y más coros, y todo esta repleto de ganchos, arreglos de sintes y cuerdas. Obviamente, es pretencioso y ligeramente conceptual, con track introductorio, dos tracks de interludio, secciones de spoken word, etc. Pero el disco zafa muy bien debido a que logra nunca tomarse del todo en serio. Es demasiado bombástico y exagerado para eso. Y esta en las antípodas de la oscuridad: Es un disco divertido, dinámico, que no tiene ningún miedo en exagerar y pasarte por encima como una aplanadora. También es, inevitablemente, cansador, y no cualquiera puede soportar entero sus 50 minutos de himnos, ganchos interminables, cánticos heróicos y ritmos al palo sin parar. Pero igual el promedio de los temas es muy bueno y hay muy poco relleno.
Ojo, que uno también puede encontrar mucho para odiar aquí: La superproducción glossy y digital moderna, con todo perfectamente en su lugar, la sobredosis de arreglos, la voz de Gerard Way (que en lo particular no me molesta para nada, pero esa impostación constante puede ser muy ladilla), las baladas mermelosas. Pero lo hacen muy muy bien, y es todo una oda a los sentimientos larger-than-life de la adolescencia, el "vámonos corriendo de la mano a otra ciudad, esto es un espanto", y el "Bailemos que esta por explotar la galaxia" y al muy comiquero "Salvemos a este planeta de las garras de un poder terrible y maligno". Porque parece que Way es escritor de comics y esta bastante metido en el medio y lo conoce muy bien, y todo ese mundo repleto de vueltas de tuerca inesperadas, enemigos gigantes y desconocidos, batallas intergalácticas, y supervillanos esta expresado de forma perfecta acá. Es la banda sonora perfecta para una película de superhéroes. Realmente.
Mellando un poco en las canciones, esta la anteriormente mencionada Planetary (GO!), que sin duda es el tema más brutal del disco - con batería disco incluída! - pero hay otros temas que estan bárbaros. El primer tema, inmundamente llamado "Na Na Na (Na Na Na Na Na Na Na)" es insoportable aunque muy efectivo como intro de lo que se va a venir. Lo sigue "Bulletproof Heart", que es un punk-pop muuy bien hecho con todos los clichés imaginables del género pero que no hay con que darle - funciona. "The only hope for me is you" es uno de los temas donde vuelven un poco a la oscuridad, pero sigue siendo tan exagerado y heroico y repleto de sintes como el resto del disco, con un muy bien estribillo. Hay baladas indie como "Summertime" y "S/c/a/r/e/c/r/o/w", y los temas punkies más guerrilleros, como "Party poison" y "Vampire Money", que cierra el disco y sorprende un poco con la pseudo-desprolijidad, palmas, guitarra con guzz y mugre general. Buen tema para cerrar, ya que cierra con la idea general del disco: Estos tipos se están divirtiendo, mucho. Y cuando logran contagiar su entusiasmo, es genial.



Linkin Park - A Thousand Suns

Bueno, escuchar este disco fue bastante más complicado pero al mismo tiempo más interesante.
Veamos, a los Linkin Park les pegó lo que yo llamo el "efecto Bono" a cara de perro: Tienen treinta y algo, se pudrieron de la guitarra nu-metal chugga chugga, están forrados en guita, se cansaron de ponerla, se aburrieron de estar aburridos y apáticos. Entonces quieren sacar un disco "conceptual", "importante", "politizado", etc. Muchas veces esto termina en una careteada, ya lo sabemos todo, pero "A thousand sounds" es realmente es un disco conceptual, bastante hermético, tranquilo, triste y sereno, para lo que es Linkin Park. Las guitarras eléctricas distorsionadas están ausentes, excepto por algún arreglo ocasional y pequeño. Su violencia necesaria en algunas canciones esta reemplazada por sintes muy mugrientos, beats distorsionados, tambores tribales. ¿Querían conceptual? Este disco no tiene un tema de intro, tiene DOS. Por suerte, todos los interludios están muy bien logrados, son muy musicales y funcionan muy bien como nexo entre cada tema.
El primer enemigo de este disco es bueno, la cantada de Chester Bennington y también de Shinoda, que tiene esa cosa de perfección afinando, lamentosa y dramática que es totalmente infumable. Si podemos superar eso en el primer tema propiamente dicho ("Burning in the Skies") encontramos un tema con muy buenas melodías, que esta todo el tiempo luchando con no-explotar y reventar al pedo. Pero en sí, nada muy nuevo, es una balada con base electrónica y piano, bien armada y producida.
La sorpresa llego un poco más con "When they come for me", con un beats tribales y unos sintes recontra podridos. La atmósfera es agobiante y oscura. El track se mantiene constante en un solo arreglo y un acorde , excepto en el obligado "Puente Sensible"(tm), que por suerte funciona para contrastar con la outro jodida y percusiva. Acá es cuando uno piensa "Epa, ¿Qué le pasó a estos muchachos?".
El disco es relativamente corto, y 6 de los 15 temas son en realidad interludios, o fragmentos de otros temas. Los temas se podrían dividir un poco en las baladas tranquilas y reflectivas, y los temas con más influencia de hip-hop como el mencionado "When they come for me", o "Wretches and kings". Son de los temas más interesantes, donde son solo base ritmica y violencia contenida, y esquivan cualquier contacto con el metal que podían tener antes.
Quizás el tema que más me llamó la atención es "Blackout", con una base que podría considerarse.. indietrónica oscura? con bateria marcial y algunos teclados muy juguetones. Ok, pero sobre eso tenemos una voz que se dedica a gritar sacado en los estribillos al mejor estilo screamo. Pero la música nunca llega a explotar y se mantiene esa diferencia enorme entre la voz y el resto de la música. Queda RARO y muy incómodo, como si en cierta forma se hubieran dado cuenta de que gritar como un desesperado no funciona para nada, o no tiene sentido. "Iridiscent" es una balada de piano con beat electrónico, como otros de los temas del disco. Es bonita y triste. Al final del tema entran en modo Arcade Fire cantando la canción a coro entre varios. Terminan cantando todos algo que podría ser el motto de todo el disco: "Remember all the sadness and frustration / And let it go".
"The Catalyst" es el tema elegido como simple, cosa que no entiendo del todo. Dura como seis minutos y arranca como si fuese Born Slippy de Underworld, con un frase entre el spoken word y el rapeo. Es el tema más electrónico, con un bombo que esta demasiado alto y pone nervioso, y unos stab de sinte noventeros. En el puente de nuevo caen en el piano (bo, basta). Y terminan también con muchos coros, big rock drums y muchos coros - de nuevo, el efecto Arcade Fire.
Y termina el disco. Termina con "The Messenger." ¿Querían baladas? Esto es guitarra acústica (la única del disco) y voz y un poco de.. sí, piano, pero nada más. Dura 3 minutos, la canción propiamente dicha más corta del disco.
"The Messenger" es una buena canción, breve y triste. El problema - para variar - es la postura vocal, cantada totalmente desgarrada y rota y exageradísima. La letra es muy simple y cierra con la línea de todo el disco - un rayo de luz esperanzador ante un posible apocalípsis. Pero esa forma de cantar.. ay. El Horror. ¿Pero qué onda, que pasaría si la canta otra persona? ¿Sí esta canción la cantas bajito, y chiquita? ¿Sí esta canción la hace como cover no se, Springsteen?

En fin. Es un golpe raro para el final del disco, y te deja - de nuevo, la misma sensación, - incómodo. Digamos, es Linkin Park, y tienen un montón de ideas estéticas y conceptuales que no me gustan para nada, pero éste es un buen disco, es un disco sincero, e interesante.

Escuchar estos dos discos me hicieron pensar bastantes cosas. En la construcción de los gustos. En que pasaría si uno realmente escucha todos los discos que realmente salen todo el tiempo. Pero no, uno termina bajándose la última garcha de no se, Japandroids y evita - en cierta forma, justificadamente - todo el Mainstream. ¿Y qué onda realmente con estas bandas? ¿Debería explorar todas sus discografías? ¿El anterior de Linkin Park qué onda? ¿Vale la pena escucharlas? ¿Quién es uno para decidir que vale la pena escuchar y qué no? De repente a uno le cae un "che, escucha esto, en realidad esta bueno", y uno prueba. Y puede rendir, o no.

En enero de este año escribí un post con una conclusión un tanto similar, acerca de la confusión acerca de las reseñas, de como es difícil a veces que uno pueda alcanzar otro tipo de música. En ese caso, me refería a la música de otros países, lejanos, música a la cual no accedemos. Esto es un poco lo mismo, pero al revés. En fin, siguen siendo reflexiones sobre como funciona la industria cultural en cierta forma, que a mi me sigue confundiendo y me hace reformularme algunas cosas. Y mientras todo eso siga pasando, bienvenido sea.

martes, 14 de diciembre de 2010

Es todo culpa de Google, Facebook y Twitter

Me di cuenta que últimamente estoy dandole mucha más importancia a intercambiar links y similares por Twitter, Facebook, o los feeds del Google Reader, antes que en este blog. Supongo que las razones serán dos: Una, la practicidad de usar un bookmarklet para colocarlo ahí y listo. Dos, el feedback más espontáneo e instantáneo que uno tiene en las otras redes sociales, que no ocurre tanto en este blog. Lo cual es una pena, porque esta claro que hay muchos más lectores de este blog que gente con la que estoy conectado por redes! La diferencia es que no hay feedback. Y el feedback en realidad, aunque es lindo e interesante, esta un poco sobrevalorado: La comunicación no tiene que ser siempre de dos vías. Así que acá, comparto algunos enlaces que estuve compartiendo por otros medios, especialmente Google Reader. Aprovecho además para escribir un poco más sobre cada uno de ellos.

- Estuve discutiendo con bastante gente el tema de Wikileaks y Assange en otros medios, en comentarios, por Twitter, etc, etc. Ahora ya no le encuentro mucha gracia, pero si les recomiendo el round-up que esta haciendo Andy Baio (de waxy.org) sobre el tema, actualizado día a día, con novedades y noticias, desde que comenzó el tema del Cablegate. Sobre esto, este articulo en ecuaderno me parece muy interesante y explica bien lo que realmente es importante acerca de este tema.
- Por cierto, la sección de links de waxy.org sigue siendo una de mis fuentes favoritas de links y noticias techies, en general, y lo recomiendo MUCHÍSIMO. Hay juegos, pequeñas historias cortas, enlaces a sitios o tumblrs interesantes, música y mucho más.
- Me puse a revisar la sección de "Los muñequitos en los carteles" del blog de Podetti y sigue siendo totalmente genial y divertida. La consigna: Esas ilustraciones naïf, bizarras y a veces muy perturbadores que tienen muchas veces los locales de barrios como decoración. Hay de todo.
- En FreakyTrigger, Tom Ewing esta tomándose la tarea faraónica de reseñar todos los Top1 de la Billboard de Inglaterra, escuchando y comentando cada uno de ellos, desde el 52 en adelante. Monstruoso, y hay cosas muy muy bien escritas. ¡Lectura de verano!
- Hace unos meses - creo que fue en mi post de las islas -  Gustavo recomendo el blog Fronteras, que se dedica básicamente a tratar todo ese mundo de límites y bordes entre naciones, y algo más. Bueno, es muy bueno, esta escrito con pasión y obsesión, y se actualiza bastante seguido. Aguanten los Blogs. Este post que estudia la frontera Argentina-Paraguaya-Brasilera esta muy muy bien.
- Y terminando con esto de los nuevos blogs, El Anecdotario de Alfred es excelente y básicamente eso: Una selección de anécdotas, todas simpáticas, agudas e ingeniosas, de diversos personajes famosos e históricos.

lunes, 13 de diciembre de 2010

New Love


Una cosa que parecen tener en común casi todas las bandas nuevas que me interesaron de verdad en los últimos tiempos es su cercanía a Jamie Stewart de Xiu Xiu, digamos que si jugáramos “Seis grados de Jamie Stewart” todas esas bandas estarían a como mucho dos grados. Parenthetical Girls, Cold Cave, Casiotone for the Painfully Alone, YACHT, The Blow y alguna más que no me acuerdo. La última en agregarse a esa lista es Former Ghosts, un proyecto de Freddy Ruppert, anteriormente responsable de This Song is a Mess But So Am I, acompañado por Nika Roza Danilova, a quien deben conocer como la ascendente Zola Jesus, y el mismísimo Jamie Stewart.

Descubrí Former Ghosts hace poco con el video de “Taurean Nature”, un video tristísimo e incómodo para una canción particularmente emotiva, me enteré quienes estaban ahí y escuché los dos discos inmediatamente. Su último disco, New Love, es bastante superior al primero (Fleurs) y entró rápido a mi lista personal de mejores discos del 2010.

El sonido es similar al de los otros proyectos de sus integrantes, durísimo, atonal, hecho de sonidos y fragmentos que no terminan de formar una canción y con la voz funcionando como elemento cohesivo y llevando todo el peso emocional. Ruppert pertenece a la misma escuela de cantantes exageradamente dramáticos que Jamie Stewart. Es una escuela difícil, lo sé, a mi me gusta particularmente pero está lleno de gente que le va a parecer inescuchable, como al tipo que reseñó el disco en Pitchfork, que no entiendo si lo critica por no cantar como él quiere o por no hacer música lo suficientemente escuchable, o no sé qué. No importa, la mitad de las veces no entiendo qué dicen las reseñas de Pitchfork, supongo que el tipo quería otro Cold Cave.

Todas las reseñas que leí todas parecían confundidas, como si no supieran qué pensar de lo que estaban escuchando, incluso las positivas. Todas pedían más sutileza en la voz o en la música o menos ruido o que se parezca más a Zola Jesus o más a Xiu Xiu. No voy a decir que el disco sea perfecto (aunque tenga un par de temas perfectos) pero pareciese que el mayor defecto es ser poco amable. No, no es un disco muy pop, no es un disco amable, pero es intenso, emotivo, revulsivo y personal, como la música de todas esa gente tan endogámica que mencioné antes hace en la periferia del indie. Intraducible al canon de Pitchfork.

Las letras de New Love parece girar alrededor de la idea de una nueva relación y las formas en las que puede desenvolverse y la voz de crooner torturado, densa y grabada con eco de Ruppert es justa para sus letras y da los mejores momentos del disco. Como “New Orleans”, uno de los temas más lindos y emotivos que escuché este año, con Ruppert diciendo son la voz temblorosa eso de “It’s my fault, I fell in love in the first place” o esa genialidad del resentimiento que es el estribillo “Taurean Nature” (“And everyone that comes after you I will love them more than you, just to spite you”). Es un disco que se desarrolla lento sin apuntar a la canción y sin preocuparse mucho por convencerte, con toda la intensidad puesta por la voz de Ruppert que no es un detalle más del disco sino que es el disco.

lunes, 6 de diciembre de 2010



Este video me llegó por Agustín y anduvo dando vueltas después de que lo levantara Simon Reynolds en su blo por su parecido evidente con un tema del último de Ariel Pink. Sí, los temas son iguales pero acá lo importante no es eso, sino que es un tema increíble. Es etíope, la cantante se llama Yeshimebet Dubale y lo sé porque lo dice en el video, alguno en los comments dice que es del 82, no pude comprobarlo. Internet no devuelve ninguna información sobre esto, ya estuve buscando un buen rato de mis horas muertas en el trabajo y lo único que logré fue terminar en un Youtube etíope que se llama Ethiotube. Lo único que encontré para bajar fue algún torrent con un montón de discos etíopes entre los cuales había un compilado con un tema de esta chica. Un montón de discos mal taggeados, sin información ni contexto, inescuchable porque no tenés idea por donde empezar. Volvemos a lo que decíamos hace algunos meses, ¿cuántas cosas hay allá afuera que nunca nos vamos a enterar? ¿Y si mi disco favorito es de una estrella pop etíope pero nunca lo voy a escuchar? Nos seguimos creyendo que en internet está todo pero la gran multiplicidad de voces de la web 2.0 vale poco cuando todos los discursos que leemos replican lo mismo que bajan dos o tres medios (los hypes de Pitchfork, NME, etcétera). En youtube pueden encontrar unos cuantos videos de pop etíope como este, algunos están muy bien.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Cuelgue wikipediano ajeno



Encontré este link que tengo que compartir aquí. Un blogger se pregunta por que cuernos Tío Rico McPato se llama Dagobert en Alemania. Dagobert es el nombre de un Rey Germano del Siglo VII. Lo que sigue a continuación es una wikipedia deep dive donde explica a viejos santos millonarios, la carismática persona que traducía Disney para alemania y mucho más. Disfruten.

miércoles, 1 de diciembre de 2010






Yo sé que no es mi trabajo avivar giles, pero les advierto que en esta rarísima página de digitalización de libros naturistas ("copias electrónicas de los libros de la naturaleza") hay tres libros de Dougal Dixon.
El muchacho se dedica a hacer historia futura especulativa, relacionada con la evolución: el futuro de la raza humana, que hubiese pasado si los dinosaurios no se hubiesen extinguido. Cualquier pretensión de cientificismo queda desmantelada cuando se ven esas masas de grasa simbióticas con pequeños humanitos, esos dinosaurios mezcla de mamífero, pez y reptil. En el momento en que saltan tres millones de años y ya no hay nada parecido a un ser humano, uno agradece este pedacito de cielo de ciencia ficción.

sábado, 27 de noviembre de 2010

Pavement, Putos.



Amadeo:

No sé en qué momento comencé a escuchar Pavement. Tengo recuerdos confusos: la llegada de ese número especial y final de Revolver a mis manos sin tener ninguna idea de que era Pavement y porque valía la pena, todo un lenguaje esotérico que hablaba de una banda que estaba lejísimos de mi universo de referencias; mi padre bajando todos los temas que encontraba en Audiogalaxy y grabándolos en orden alfabético y en algún momento esos cdrs llegando a mis manos; ellos en vivo en Space Ghost Coast To Coast tocando el Space Ghost Jam que es una de sus perlas desconocidas; un amigo alto e inflexiblemente moderno diciéndome "chango, escucha Pavement".

Lo que sí sé es que a lo largo de los años, de una manera mucho menos contundente que Guided By Voices (aquella banda que es su perfecto complemento, de la cual me bajé toda su discografía de una manera obsesiva) aquellas canciones entre insoportablemente pajeras, incompletas, chapuceras y hermosamente pegajosas, comenzaron a alojarse lentamente en mi memoria y mi panorama emocional. Tenían una verdad, esa sensación tan identificatoria de "sabemos que somos más inteligentes pero eso a esta altura de la historia no importa, no nos brinda ningún beneficio, así que bueh, hace demasiado calor para pensar y hacer algo correctamente".

En enero nos encontramos con Ezequiel después de mucho tiempo y una de las cosas de las que hablamos fue de Pavement y llegamos a la conclusión de que su espíritu fundamental era su estilo "Che, grabemos un tema country. / Paaah, que paja, lo hagamos así nomás". E igual les salía genial.

Su inescapable aura perdedora auto infligida. Algo que parece pegárseles como el destino. Dario me contaba que en Coachella todo estaba vacío mientras tocaban. Y todo lo que rodeó a sus shows en Buenos Aires estuvo teñido de ese espíritu. El hecho de que los hayan degradado del Luna Park (¿quién puede creer que Pavement podría llenar, alguna vez, un Luna Park, ese lugar gigante, donde se boxeaba?) a la Trastienda; el hecho de que nunca sentimos que las entradas se iban a agotar (y de hecho no lo hicieron). Los patovas decían que, incluso el domingo, la Trastienda no estaba ni de cerca llena.

Cuando llegamos la pista que para Yo La Tengo no daba más, tenía amplios espacios que permitían llegar muy cerca del escenario. Y ahí nos metimos, desaforadamente felices. Cuando comenzaron con "Silence Kid" no había manera de no saltar y comenzar a gritar hasta arruinar la voz. Todo era espiritualmente correcto: Bob Nastanovich gritando en Unfair, hedonista, tocando percusiones chiquitas, Spiral Stairs pelado y con boina, gordo, demostrando que algunas de las canciones más cristalinas, románticas, le pertenecían por temperamento y actitud, Mark Ibold sonriendo y con actitud de no me importa nada... Tocaron temas de todas sus épocas, tocaron Frontwards esa composición definitiva enterrada en un lado b. Tocaron Father To A Sister Of Thought, canción que cuando descubrí en "Wowee Zowee" no podía creer que sea real, tanta melancolía, tanta emoción, ese homúnculo country superior y desgarbado. Fue un show en donde terminamos con "la remera empapada y las zapatillas sucias", donde la línea de guitarra de Grounded nos salvó, como nos viene salvando hace años. No parecía una banda a la que le importaba su supuesta estatura mítica, o tocar como profesionales cuarentones que deberían ser.

Algunos dijeron que Malkmus no tenía conexión con el resto de la banda, que estaba amargo, quería que todo termine. Pero eso incluso sumó al ánima Pavement. O sea: ¿qué mejor para una banda perdedora e intencionadamente smart ass y mala onda que haya tensión entre sus miembros? Quizás nosotros somos demasiado fans, justificamos todo, pero ¿no es maravilloso que el alma de la banda, su filosofía estética lo permita? Acaso eso sea el trasfondo que hace que la amemos tanto, que haya significado tanto en nuestras vidas. Pavement es una banda mucho más profunda, mucho más triste, mucho más vanguardista y personal de lo que nunca creímos, y detrás de su ironía que nadie supo prolongar, se ocultaba la más pura sinceridad producto de la experiencia.



Ezequiel:

Me costó bastante entrarle a Pavement de chico. Eso causó que haya visto un show bastante confuso, y raro, allá por el 2002, cuando Malkmus vino a presentar su primer disco solista. El show fue bueno, correcto, adecuado nomás. Esteban - como lo estuvimos llamando cariñosamente todo el domingo y lunes - estaba contento y parecía un niño grande, un payaso que hacía chistes, le metía onda, se frustraba, sonreía todo el tiempo, jugaba al beisbol con su guitarra y los palos que le tiraba el baterista. En ese show toco Here e In The Mouth a Desert, que apenas conocía. Luego de profundizar más en la banda, me lamenté bastante de no poder escuchar esos temas, bien concentrado, conociendo cada línea de la letra, y cada arreglo.

La cuenta de twitter Discographies hizo unos comentarios muy acertados refiriéndose a Pavement. Decía que, por ejemplo, el primer disco era la idea de "una banda". El segundo, la idea de "canciones". El tercero, la idea de "un álbum". Y creo que es bastante así, que toda la banda tiene ese concepto detrás, borroso, de romper un poco las reglas, de intentar hacer algo pero hacerlo de forma tan fracturada, torpe, extraña y encantadora que crean algo nuevo, con personalidad. Por eso me animaría a decir que el show que vimos el domingo también se podría considerar la idea de un "show de rock".

Uno en su vida termina viendo un montón de show chakales, guerrilleros, y desprolijos, pero hubo pocos shows más encantadoramente desastrosos como el que presentaron los muchachitos de Stockton en La Trastienda. Aunque por un lado se veían aceitados y tocaban un tema atrás del otro, los temas se desarmaban, se caían a pedazos, se enchastraban, se borroneaban. Estamos todos de acuerdo con que la setlist fue soberbia, tocando una catarata de hits, y un montón de lados b, o esos temas geniales que muchísimos aman pero que son ninguneados un poco por ser pequeños (Zurich Is Stained).

Sí, Malkmus tenía toda la pinta de que prefería estar leyendo un libro en su sillón mientras su esposa le hacía un buen churrasco, antes que estar tocando sudoroso a miles de kilómetros de su casa. Pero me pareció bien que no la careteaba, como dijo Amadeo, que la banda no funcionara, que nos diéramos cuenta de que lo que veíamos era una reunión, no a Pavement en el 99. En ese momento del show, me parecía que era un excelente ejemplo de lo que era el zeitgeist actual de las bandas, reuniones, y el indie en general, todo se podía resumir en esa mala onda, en ese enojo, en esa energía, en esas melodías pop totalmente geniales tocadas tan toscamente.

Hubo dos momentos que me acuerdo muy bien. Uno, esa versión totalmente inesperada y perturbadora de She Believes (del “Westings By Musket And Sextant”), con su ritmo marcial y siniestro. En ese momento todo el público enloquecido quedó paralizado e incómodo. Era lo más lejos que podían tocar de un hit, y lo primero que pensé cuando terminó el tema fue "El show de Pavement en realidad se trata de ESTO".

El segundo fue el final con Fin, ese tema que siempre me gustó con cierta culpa, debido a que en una entrevista Malkmus había comentado que era un tema que no le gustaba mucho. Pero me pareció perfecto para cerrar el show, esa canción que es algo así como una balada de rock, con ese pseudo-solo de guitarra áspero, atonal, juguetón y triste. Sí, ese final fue totalmente perfecto.



Dario:

La palabra clave para describir el show de Pavement que vi es "vitalidad". Cuando mis amigos (entre ellos algunos compañeros de blog) me cuestionaban cómo podía hablar tan mal de las reuniones de bandas y estar tan emocionado por ver a Pavement más de 10 años después de que se separaran trataba de explicar con mayor o menor dificultad que lo que diferenciaba a esta reunión de otras era algo así de intangible, la vitalidad. Eso era lo que trataba de explicar y lo que el show demostró, a los que estuvieron ahí no tengo que explicarles nada más.

Al contrario que la mayoría de las bandas reunidas, con Pavement vimos una banda de verdad dando un show de verdad, vivo, en proceso, con tensiones y con intensidades, en lugar de ver un museo ambulante de canciones viejas, una reserva natural del indie. Pavement tocó con energía, posiblemente con un poco de mala onda también, en un show que había sido programado en un lugar para 10.000 personas y reubicado a un lugar para 700 (programado junto a un show de nada menos que Smashing Pumpkins quienes no tuvieron que cambiar de lugar y Billy Corgan pudo hacer el imbécil adelante de varios miles de personas) y que aparentemente era el final definitivo de la banda, tocaron temas que nadie esperaba escuchar y no tocaron temas que estábamos seguros que iban a tocar, sonó un poco desprolijo, Malkmus tocó la guitarra tan mal como la tocó siempre, Nastanovich tocaba la pandereta a destiempo y gritaba como un energúmeno desde el borde del escenario. Yo salí con el cuerpo arruinado, las zapatillas sucias, la remera hecha mierda y un golpe en el ojo que todavía tengo.

Pavement fue una celebración de la vitalidad y en contra de la museificación. A los que les pareció mal son los que prefieren el museo y deberíamos aconsejarles que dejen de ir a shows en vivo y se queden en su casa viéndolos en BluRay con audio 5.1 en el living de su casa en el que se escucha bien de todos lados y los músicos no pierden la buena onda ni le fallan a nuestras expectativas. Cuando escribimos un post similar a este sobre Jonathan Richman dije que ese show nos señalaba un camino mejor a seguir y en algún sentido este show también se sintió un poco así, transformador, revelador. Una de las bandas culpables del indie se había juntado para mostrar cómo se hacen las cosas y demostrar que nadie ahora lo puede hacer mejor que ellos. Una última victoria de underdog. Vinieron a clausurar el indie, ya está, acá no hay nada para ver, circulen, una última vez y ya está, nada de girar para siempre robándose la plata de la nostalgia sin un solo tema nuevo. Pavement dijo todo lo que tenían que decir. Y no lo escuchó nadie.



Esteban:

Antes de la música, Pavement fue una fotografía. Recuerdo estar sentado en la computadora de mis abuelos, en algún verano perdido de mi adolescencia, antes de la masificación del P2P, leyendo en AllMusic biografías de bandas que no tenía posibilidades reales de escuchar, bandas que, ahora me doy cuenta, todavía son mi canon personal, aunque no haya sido hasta mucho después que me enteré realmente como sonaban.

Es una fotografía en blanco y negro, enfocada muy cerca de sus rostros. Todos salen muy jóvenes y muy gringos, pelos cortos y felices, excepto por el flaco de cara larga, quien está evidentemente en drogas y mira a la cámara ensimismado. Para alguien cuya imagen de un grupo de rock era casi sinónimo de extravagancia, Pavement se veía normal. Reconfortantemente normal.

Cuando por fin tuve acceso a internet, uno de los primeros grupos que empecé a escuchar, canción por canción, fue Pavement. Es por eso que muchas de mis canciones favoritas (Folk Jam, Zürich Is Stained) no son las más populares dentro de un catálogo hecho precisamente de hits poco probables.

Fue recién durante mi viaje de intercambio en que me enamoré del grupo. Con mi reproductor de MP3 fijo en tres o cuatro discos que no cambié durante seis meses ("Lesser Matters" de Radio Dept., "El mundo según" de Sr. Chinarro, "WOWS" de Los Zapping), fueron las letras oblicuas del Crooked Rain Crooked Rain las que más me acompañaron las mañanas frías de invierno en los tranvías. Porque las letras de Pavement son sarcásticas e intelectuales pero, al igual que el payaso del salón que hace reír a todos para no sentirse tan solo, están llenas de una tristeza y un romanticismo que las hace tan queribles.

El concierto fue, de acuerdo a lo esperado, buenísimo. A las pocas canciones de haber comenzado desistí de poguear, casi como homenaje a los amigos que no vinieron, y me paré en medio de un japonés gigante que me atacaba con su melena, un imbécil que se pasó todo el concierto abanicándose con un papel, Lucas, que me golpeaba la espalda cada vez (y era toda vez) que sonaba alguna canción que amamos, y un montón de veinteañeros zarrapastrosos y felices, a escuchar y saltar y sonreír y cantar.

Viendo a Pavement en vivo (y ya se ha dicho acá todo sobre la energía y la actitud que tiene la banda) pensaba en cómo es que, más que como el espíritu de su época, se les puede ver como el contrapunto de la misma. Canciones que resuenan a algo que está por ahí en el momento en que han sido compuestas (Box Elder al twee y al indie-ochentero, Perfume-V al pesimismo alternativo, el hit noventero que debió ser Stereo, los interludios de hard-rock de Rattled By The Rush) pero que tienen algo, adrede la mayoría de las veces, pero también involuntario, que hace que se disparen a los pies y se conviertan en esas pequeñas joyas imperfectas de las que nos enamoramos.

Cuando terminó, temblando de alegría, nos sentamos a ver pasar a la gente, sin comprender como alguien podría quedarse a ver algo más después de esto, sin comprender como es que la gente no entendía que no había nada más que escuchar, que debíamos todos dedicarnos a otras cosas, a la arquitectura o al budismo zen. Total, ya no tenemos ningún apuro.

viernes, 29 de octubre de 2010

Néstor.



En el 2002 yo tenía 17 años y cursaba mi último año de secundaria. Con uno de mis compañeros, un tipo alto que jugaba al básquet, con un padre abogado con libros de política y de la dictadura en su casa, hablábamos de política aunque no sabíamos aún que hablábamos de política. En ese año a caballo, un tanto desdibujado, me decía: “A mí me gusta Kirchner, lo veo como un político polenta, pero para el 2007”. Quién sabe quién elucubrábamos como el candidato con más chances para el año siguiente. A veces me acuerdo de López Murphy. Todo se precipitó y en el 2003, la primera vez que voté, con 18 años flamantes, voté a Néstor Kirchner sin saber muy bien por qué. Me acuerdo de Menem saliendo por el televisor del bar de la facultad diciendo que nunca había perdido una elección y que se retiraba triunfante.

Hoy y ayer fui a la Plaza de Mayo, conmocionado, triste. Había chicas con marcos de anteojos blancos. Viejos con sacos gastados y bigotes gigantes comiendo hamburguesas. Una mujer cambiando los pañales de su hijo sobre un banco. Un morocho todo vestido de azul con pantalones cortos frente de los móviles de la televisión. Una joven vestida de hippie a metros nuestro que saltaba y lloraba y cantaba al mismo tiempo. Mucha, mucha, gente en silla de ruedas, en muletas. Sindicalistas gordos que aplaudían y mostraban los dientes. Una cola de gente increíble, que seguimos durante cuadras, donde las caras mareaban y confundían. Donde se mezclaban trajes, chombas, musculosas, zapatillas y zapatos. Lo que casi todos tenían en común eran sus ojos húmedos, una catarata donde no había vergüenza en sacarse los anteojos y limpiarse con la manga de la remera.

Me encontré el miércoles con mi amigo Fabrizio, al que conocí en mi primer año de Historia, lloraba y decía “Esto es lo lindo, ¿no?”. Con él nos juntábamos en el 2003 y 2004 a fumar porro y hablar de ese gobierno que comenzaba y del que veíamos muchas cosas a ritmo de vertigo. Él no tenía trabajo, yo tampoco, para él el menemismo era algo presente, para mí era un recuerdo difuso, yo no me había dado cuenta de que el país se caía a pedazos hasta el final. Venía de una familia donde la Marcha Peronista sonaba desde chico y yo de una familia donde mi padre se definía peronista pero se sentía en la obligación de defender a Menem, a veces, con dudas, como si siempre se esperase que volviese a ser lo que alguna vez prometió.

En el medio no sé que nos pasó. Bah, puedo saber que me pasó, que creo que es lo que les pasó a varios: nos recibimos, trabajamos precarizadamente, vimos luchas que se perdieron y momentos en los que todo estaba mal y también vimos triunfos fulgurantes, nos pusimos de novios y nos peleamos y aprendimos sobre el compromiso y también sobre ser un poco hijo de puta, escribimos mucho, discutimos con amigos, de pronto comenzamos a ver como nacía algo en nosotros que ni nosotros sabíamos que estaba. Ese mismo agujero que intentábamos cubrir escuchando discos, leyendo comics y novelas, viendo películas producidas por jóvenes llorones de Nueva York.

Para algunos lo importante fue la conmoción inicial de ese presidente que se tiraba al público y se rompía la crisma, que agarraba el bastón al revés. Comenzábamos a leer blogs, aquellos primeros blogs rioplatenses del 2003 y lo veíamos comentado por tipos que oscilaban entre la incredulidad y el cinismo. Otros tantos quedaron indeleblemente shockeados por la obra de gobierno inicial de Néstor, por esos meses y años brillantes donde todos los días parecía haber una nueva decisión. Para otros lo importante vino después, circa 2008 cuándo de golpe todos te puteaban si decías que eras peronista (y mucho menos kirchnerista) cuándo te miraban con cara de suficiencia y cuando todo parecía perdido. Para otros fue la apuesta posterior, el redoble de tambores que de golpe dio vuelta la tortilla. Quizás para unos cuantos muchos fue El Bicentenario.

No importa. Lo que importa es que en el medio este tipo estrábico y su esposa nos metieron un cable de alta tensión en el culo y nos hicieron saltar.

Mariano Canal escribe que “se cierra un ciclo iniciado en 2001: el arco sentimental y político de mi (nuestra) entrada a la adultez”.

Ezequiel, un amigo de Tucumán que en estos años perdió a su madre y tuvo que comprar una casa y aprender a vivir completamente solo, quién fue uno de mis primeros interlocutores a la hora de discutir sobre Néstor y Cristina, me manda un mensaje: “Intente tocar ese cajón, compañero”.

Dario, uno de aquellos con quienes en estos años comencé una de las empresas colectivas más lindas en las que participé, que jamás fue nada que se le pueda achacar K me escribe: “Me emocioné en la plaza, gran consigna Néstor con Perón el pueblo con Cristina”.

Mi novia, a quién la escuche defenestrar la asignación universal por hijo, lloró como nunca todo el miércoles, todo el jueves, no entendía que le pasaba, no podía estar en la plaza más de dos horas porque todo la abrumaba. Se enojaba, me puteaba por cosas que no tenían razón y sin saber por qué.

Yo no había dormido todavía cuándo me llamó mi primo Facundo, un tipo con el que discutí mil veces, un liberal clásico que detesta aquello difuso que se llama peronismo, el primero que me habló, notablemente conmocionado y me dijo “Viejo, sorry que te despierte pero creo que tenés que estar despierto ahora. Se murió Kirchner”. Y yo no lo podía creer.

Y creo que todo se resume en esas palabras de Diego Vecino, que fueron dos twits que casi pasaron desapercibidos y que cada vez que leo me conmueven y me llenan de lágrimas: “Néstor le enseñó muchas cosas a mi generación, compañeros. Casi casi que nos salvó. Hace diez años yo no me hubiese imaginado a mi generación llorando a sus líderes o llorando por nada.”

Es eso, compañeros. De la nada surgió alguien que, de golpe, nos hizo creer que se podía triunfar en algunas cosas, con todos sus defectos, con todas sus limitaciones. Que, quizás, la política podía servir para las mejores aspiraciones humanas, para no tener que caminar por las calles de una ciudad argentina cualquiera y sentirse tan solo, tan abrumado por todo aquello que vemos, ya sea pobreza, tristeza o apatía. El reverso de eso que vivimos, que al fin y al cabo fue ese momento de nuestras vidas donde todo se vive más intensamente que el acero al rojo, son todas esas lágrimas que no pudimos contener.

Nuestra identidad se marcó, se construyó, al mismo ritmo con la política que con el arte o el amor. Y por ello, eternamente agradecidos, Néstor.

lunes, 11 de octubre de 2010


Una vez, conversando con la madre de un amigo, me dijo que el principal motivo para el que estaban hechas las canciones era para recordar, al escucharlas, algún momento de tu vida. Exactamente eso es lo que me pasa con Vargas Llosa.

Recuerdo tener once años y, sentado en medio de una casa casi vacía, mientras mi madre terminaba de preparar la mudanza, y en La ciudad y los perros Ricardo llegaba a Lima, sentir, por primera vez, como la literatura me volaba la cabeza.

Recuerdo escuchar a mi padre hablar de los momentos finales de la utopía de Canudos, cuando los discípulos rodean el cuerpo ya inservible del profeta. Recuerdo su risa, y recuerdo la mía cuando, al tiempo, llegué a leer la misma escena que él contaba.

Recuerdo despertarme temprano un día de playa, antes de los quince, y acostarme en la sala de una casa que ya no existe a aprender que los celos son un gusano que te roe, y que es posible, e incluso valiente, no hacer nada, no tomar partido por nada, con tal de que no lo tomes por lo que sabes que está equivocado.

Recuerdo Ecuador, pero más recuerdo Santo Domingo, aunque jamás lo he pisado, y la media luz de la espera al costado de una carretera.

El 7 de octubre una parte importante de mi vida recibió el Premio Nobel de Literatura. Y yo, por primera vez, lloré de alegría.

martes, 5 de octubre de 2010

Algunos comentarios acerca del Starcraft II



- Ayer terminé la campaña del Starcraft II, Wings of Liberty. Luego de la última cutscene en video, empezaron los créditos, y ahí me sorprendí mucho: Los créditos venían con botones: Uno para ponerle pausa, otro para que vayan más rápido, y otro para que vayan más lento. Yendo a máxima velocidad, pasaron unos buenos 5 minutos de cientos y cientos de nombres pasando hasta que me aburrí y le di escape y cerré el juego.
- La queja general en todas las reviews sobre el SCII es más o menos la misma: "¿Porqué tardó 12 años hacerse un juego tan similar a su predecesor? ¿Qué onda?". Miles de personas trabajaron acá. Y si hay algo que se sabe muy bien, es que Blizzard no hace las cosas por capricho ni azar.
- En cuanto a diseño y detalle, el SCII es el juego más obsesivo que vi en mi vida. Cada unidad, pedacito de pasto, piedra, explosión, ventanita de interfaz, línea de dialogo, todo, TODO esta pulido a la ultra-perfección para que el público del juego lo ame.¿Y cual es el público objetivo del Starcraft? Yo lo separaría en tres grupos: a) Jugadores 'normales' que jugaron al Starcraft anteriormente b) Jugadores 'hardcore' que juegan al Starcraft como un deporte ( recuerden que en Corea del Sur el Starcraft es casi un deporte nacional y hay 2 canales de TV donde pasan partidos). Y por último, c) jugadores nuevos, en su mayoría algunos de los millones de jugadores de World of Warcraft, su juego más popular y famoso.
- Esto hace que el Starcraft II sea increíblemente conservador. Se juega más o menos igual que su predecesor. Uno entra en una misión luego de haber jugado al Starcraft original y ya entiende todo. La forma de conseguir y manipular recursos es iguales. Las unidades funcionan en mayor o menor medida iguales. Pero obviamente también hay novedades, no muchas, pero las suficientes. Más unidades, más variadas, más divertidas. Las unidades especiales (como los 'heroes' del Warcraft) tienen diseños diferentes. Etc.
- Hay una gran diferencia en la campaña, el modo de un solo jugador. Al contrario que la del juego original, acá las misiones son divertidas, y muy variadas. Cada nivel tiene un desafío, una idea fresca de como encarar la misión, y no solamente se trata de machacar enemigos hasta morir. Igual puede ser bastante fácil: Elegí jugarla en "normal" y solamente perdí dos veces en toda la campaña. Y hay un nivel de dificultad aún más bajo. Hay una ligera no-linearidad en los niveles, pudiendo elegir algunos caminos, lo cual lo hacen ligeramente más interesante. Lo último que se quiere hacer acá es reinventar la rueda.



- La historia es una gronchada de ciencia ficción totalmente ridícula que seguramente le va a encantar a cualquier nerd de 13-15 años. Los personajes son todos estereotipos sumamente sencillos. Hay una historia de romance que es tan secundaria que da risa. Hay cierto nivel épico que agarra un poco del Animé. Hay afane a Starship Troopers a cara de perro también (el programa de noticias "irónico", por ejemplo). Controlamos al tradicional hombre blanco de treinta y pico, que es un rogue de un imperio, bla bla bla. Toda, toda la historia, ya la leyeron y vieron en cincuenta mil películas más.
- Sin embargo, comparando con otros juegos que me bajé últimamente, el Starcraft II lo terminé entero y sin problemas, y con bastante entusiasmo. No creo que juegue multiplayer (además mi máquina anda en los límites corriendo este juego), pero esta muy, muy bien hecho. Starcraft II  se podría comparar con Avatar de James Cameron, con los últimos discos de U2: Monstruos gigantes, donde todo esta donde tiene que estar, donde no hay sorpresas. Que uno pueda disfrutarlo o no, depende en larga medida de como se lleve con conceptos como esos, en materia de videojuegos.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

¿The Greatest Show On Earth?

Sobre Blackest Night y Siege.

1) Partamos de una base que todos conocemos: el comic es un arte narrativo que se basa en el desplazamiento del tiempo en el espacio. O sea: un cuadrito, al lado del otro, al lado del otro, van representando momentos temporales al tiempo que configuran una página sobre la cual tenemos que desplazarnos. Es el único arte en el cual la espacialidad narrativa está tan presente, que cuenta con unidades de sentido cuya composición nos pone más difícil o más fácil la lectura. La manera en que están ordenados los cuadritos condiciona la velocidad de lectura y un buen artista es capaz de acelerar o demorar nuestra visión con pura plasticidad. Es por ello que la virtud cardinal de cualquier artista de comics, antes que ser un buen dibujante, es ser un buen story-teller (o un buen story teller empeñado en oscurecerlo).

2) En segundo lugar, hay que detenerse sobre la absoluta originalidad de ese experimento de narrativa que son los universos DC y Marvel. Prácticamente ninguna otra porción de cultura popular fantástica funciona de la manera en que, por composición de la industria, tradición y formato de producción, estos funcionan. Las características han sido reproducidas hasta el hartazgo pero vale la pena volver a mencionarlas aquí: miles de manos, personajes cuyas hazañas son seguidas durante décadas, continuo crecimiento de su bóveda intelectual, que es acompañado por un descarte de personajes por temporadas más o menos largas, enrevesadísima continuidad en donde todo (o nada) puede valer simultáneamente de acuerdo al humor del creador y editor de turno. Buffy no funciona así, Harry Potter no funciona así, Lord Of The Rings no funciona así. Quizás los ejemplos que más se acerquen sean Doctor Who o el Star Wars más amplio, que Lucas con su anal retentivismo no aprueba.



3) El tema es el siguiente: al mismo tiempo que el comic como unidad consiste en una narrativa que se expresa en un espacio temporal, los universos superheroicos consisten en una acumulación de narrativa en la cual la unidad básica es el comic book, publicado en un momento que se encadena con otros, mes a mes, acumulando a lo largo del tiempo (real, cronológico, histórico) una gigantesca historia que no es jamás totalmente descartada. Cada comic es un átomo en una construcción gigantesca que sigue creciendo e intimida por su complejidad, por su proliferación de personajes, por sus detalles, por sus eventos interminablemente renovados porque algo hay que publicar y algo hay que contar.

4) El mega-evento, entonces, no es una anormalidad. El mega-evento es la condición natural de un universo en el cual las referencias han crecido hasta tal punto de colapsar sobre sí mismas. Lo que los fanáticos quieren, ven y reclaman en el mega evento es un deseo de que la temporalidad COMPLETA de la historia de sus respectivos universos colapse sobre sí misma en un solo espacio: una mini-serie de entre 6 y 12 números. Eso es lo que fue Crisis, originalmente y por eso tuvo tanto éxito. Detrás de las altisonantes declaraciones de cambios cataclísmicos y modificaciones en los personajes lo que se oculta es un deseo pueril: queremos verlos a TODOS juntos, queremos sentir que nuestra juventud desperdiciada consumiendo ínfimas porciones de datos (como la identidad del Bug Eyed Bandit o la relación exacta entre el Absorbing Man y Titania) se vean validados por una aparición en ese gargantúa ya refinado que es el cross-over. Que se nos muestren como asuntos importantes. Que se nos haga el juego.

5) La función ostensible del cross-over, o sea, el establecimiento de un nuevo status quo en un determinado universo superheroico, fue en un principio un hecho primario pero hoy en día funciona secundariamente. El cross-over es la única forma narrativa posible mediante la cual se puede manejar con cierta racionalidad el avance de semejante monstruo de miles de cabezas que es un universo superheroico. Por la manera en que este ha acumulado piezas diversas que constituyen su cuerpo entero (cada falange de sus dedos = una historia complicadísima que debe ser reconocida en orden para dar un paso) la acumulación de personajes en un solo espacio tendiente a la saturación es la forma aceptada para mover al siguiente casillero a la entidad conocida como “Universo DC” o “Universo Marvel”.



6) Obviamente, un cross-over que llevase este pensamiento a su conclusión lógica, donde esta densidad colapsase sobre sí misma, sería incomprensible. Miles de personitas corriendo de acá para allá, cada una afectada de diversa manera por El Evento Que Nos Pone En Peligro, cada una entreverada en su propia historia, sin orden ni concierto. Una verdadera “Comedia Humana” superheroica se asemejaría bastante a la vida: caos y coincidencia, aleatoriedad e incomprensión. Es por ello que “Final Crisis”, con todas sus fallas, es un experimento de una bravura increíble porque apuesta justamente a esa destrucción progresiva del sentido. El comic superheroico como forma a caballo entre la novela realista del siglo XIX y la novela moderna del XX.

7) Es por ello, por la tentación del caos crepitante (además de por una industria naturalmente conservadora) que se ha impuesto un orden narrativo tradicional para estos eventos. Este consiste en lo siguiente: naturalidad (cada héroe en lo suyo, parece un día normal) – primeras señales de que algo anda mal (alguien desaparece, muere o es atacado) – revelación de la amenazarápidas y devastadoras conquistas de la amenaza que parece tener un plan infalibledescubrimiento por parte de un puñado de héroes de sus debilidades o de alguna pieza de información que les permitirá dar vuelta la tortillarally de las fuerzasataque finaltriunfo que deja algunos cabos sueltos que permitirán que la maquinaria de movimiento perpetuo editorial continúe adelante. El éxito y la alegría que uno extrae de un cross-over esta dado por cuan efectivamente se encuentre montada esta estructura típica.

8) Por otro lado, la muerte todavía es considerada un elemento narrativo de peso, destinado a introducir un verdadero “evento”, a puntuar una historia con aquello que, por ser irreversible en la vida real, todavía carga un halo de importancia en el universo ficcional. Todos los cross-overs, además de sus amenazas al status quo, incluyen una o varias muertes, como para remarcar que lo que se cuenta es de algo importante, para enojar a algunos o entusiasmar a otros. Siempre se dice que estas muertes son importantes para la narrativa, pero en el fondo son elementos contingentes. En realidad pueden tener significación para un período de tiempo de 5 o 10 años en la historia total de Marvel o DC, lo cual las vuelve importantes. Pero siempre serán revertidas. En algunos casos esto será motivo de tristeza o de alegría, pero siempre teñida, en nosotros los fans, con un grado de amargura.



9) Y, así, finalmente, llegamos a lo que ostensiblemente es el tema de este post: "Blackest Night" y "Siege", los mega eventos de DC y Marvel (respectivamente) publicados entre finales del año pasado hasta mitades de este. Ambos son, como el año pasado, dos eventos que se supone fluyen orgánicamente del trabajo que sus autores habían realizado con el género en los últimos años (Brian Michael Bendis en el caso de Marvel, Geoff Johns en DC). El mecanismo perverso del cross-over, además, no permite su existencia en el vacío. Es imposible concebir un cross-over guionado por un don nadie, concebido de la nada misma. Tiene que ser el desarrollo del trabajo de su “creador” más destacado, lo cual obviamente implica una anticipación y emoción mucho mayor. El epítome de la despersonalización narrativa (obvio, los personajes importan, pero en realidad lo que interesa es el UNIVERSO) recubierto del aura dorada del creador individual, que en realidad es solo el canal por el cual transcurren los hechos y se alzan los ladrillos de la acumulación de propiedad intelectual de la compañía.

10) Del cross-over se pueden decir muchas cosas, menos que no sea efectivo. O sea: a pesar de este desglose cuidadoso y obsesivo de sus particularidades, no diremos que no nos emociona a la hora de su aparición, que, mínimamente, queremos saber lo que va a pasar. Queremos saber porque la observación de esos personajes ha ocupado una porción de nuestras propias vidas. Hemos caído, somos adictos, y el espiral de la narración superheroica nos interpela en búsqueda de un final que nunca llegará. Esa gratificación siempre diferida es aquello que nos hace pensar quizás ahora esté bueno.



11) Decía, entonces, que son producto del trabajo realizado en los últimos años por Bendis en los Avengers y por Johns en Green Lantern. De parte de Bendis, esto significa básicamente esa telenovela de espionaje y resistencia que construyó alrededor de Luke Cage y sus vengadores urbanos, escapando primero de la tecnocracia legislativa de Tony Stark y luego de la corrupción neocon de Norman Osborn. O sea: la salida a esa espiral de continuo falso realismo con ánimos de relevancia política que fue el universo Marvel en los últimos 5 años. En el caso de Johns, es el gran climax a su ampliación del universo Green Lantern hacía confines cada vez más inverosímiles que involucran anillos de diversos colores y una plétora de alienígenas al servicio de ejércitos fundados en la creencia en un sentimiento (¿religiones new age armadas?). Como se ve, dos visiones totalmente contrapuestas. Bendis es gris, cemento y concreto, responsabilidad y lucha, mientras que Johns es color, exageración, poder de voluntad y mágicas fuerzas naturales. Una postal de sus respectivos universos.

12) "Blackest Night" se suponía que, además, era una exploración de lo que significaba la muerte en un universo superheroico. En la gran cosmogonía Johnsiana, los sentimientos son 7 y cada uno tiene su batería de poder y su escuadrón de guerreros, pero la negación absoluta de ellos es la muerte (lo cual es un poco raro, pero funciona mejor de lo que debería). El problema es que semejante esbozo metafísico que podría haber significado un apuntalamiento metafórico interesante es pasada por alto. O sea: básicamente el maloso principal “puso en reserva” las miles de muertes de personajes principales en los últimos años del DCU para “aprovecharlas” y volverlos Linternas Negros (como los Pitufos) en su momento de gloria. Y la serie termina con una de esas aclaraciones recursivas, destinadas a que les falten el respeto de que “la muerte es muerte ahora”. El tema, aquello que tanto Johns (como Quesada en su primera época como editor en jefe) y tantos otros no perciben, es que una exploración de la muerte en Marvel o DC debería incorporar aquello que esta tiene de particular, que básicamente es su condición de puerta giratoria. Intentar ocultarlo o corregirlo es una empresa destinada al fracaso. Habría que SUBRAYARLO. Que denotar que siempre existe la posibilidad de que se vuelva, pero que en el fondo no se sabe a ciencia cierta. Que MEJOR que esa angustia interminable de vivir en la incertidumbre continua. Un universo sin duelo, sin procesamiento del dolor, un universo en que en cualquier momento se puede volver como gemelo malvado o zombie. Yo banco a Johns, pero el problema es que, comunmente, su ejecución no está a la altura de sus ideas.



13) Me doy cuenta que no he resumido el “argumento” de las dos principales sagas. Lo hagamos rápido. “Blackest Night”: llega la muerte en forma de batería de poder, resucita a un montón de héroes y villanos caídos que vuelven en un formato sádico y despreciable hasta que finalmente Hal Jordan y los cuerpos de color encuentran la forma de derrotar a Nekron (el avatar de la muerte). Consecuencias: un montón de héroes revividos que deben encontrar su lugar en el mundo. “Siege”: Norman Osborn finalmente sucumbe a su locura y su hubris y se decide a invadir Asgard (que se encuentra flotando sobre el medio oeste norteamericano), engañado por Loki y con el objetivo de solidificar su poder como súper policía del mundo. Consecuencias: Osborn en cana, Steve Rogers como el nuevo súper policía y una promesa de un mañana más brillante y heroico.

14) Si “Blackest Night” intenta ser metafísica, “Siege” intenta ser política. Su idea básica es que luego de años de gobiernos ficcionales (interesante y retorcido hallazgo el de Marvel: objetivamente la figura de autoridad es aquella que está a la cabeza de la fuerza de seguridad, no hay realmente “presidentes”, esos putos, en el comic de Marvel) que han coartado las libertades individuales finalmente el peor de todos comete un error mortal que hace caer por su propio peso y corrupción su administración. Quizás es una metáfora diferida del fin de la era Bush, pero semejante pretensión, la verdad, me produce vergüenza ajena de solo tipearla. Quizás lo más notorio sea la admisión de que ahora se viene una época “heroica”. ¿Y qué nos pasamos leyendo los últimos 5 años? Un nuevo subgénero, inédito: héroes en sótanos mugrosos. El intento de comentario político se ve desbaratado desde el momento en que a) está desfasado, b) su resolución solo promete un nuevo estado del campo intrínseco a la lógica del comic de superhéroes, c) el villano gigante del final es The Sentry (por otro lado, lo único bueno de este cross-over: la muerte de The Sentry finalmente libera a los lectores de tener que soportar a ese aborto espantoso y patético de personaje).



15) En definitiva, muchachos, ¿que hemos aprendido? Que los cross-overs, a pesar de sus intentos de tematizar sus eventos, solo pueden hablar de su mismos, porque la especificidad de los universos Marvel y DC vuelve incompatible cualquier comparación con el afuera. A duras penas se asemejan a otras formas de ficción fantástica, ¿qué carajo se van a asemejar a la vida real, la política, la muerte y el amor? La perversidad es que seguiremos leyéndolos (comprándolos no porque...bueno...uds saben), persiguiendo aquello que siempre diferirán: un final, un cambio en el status quo que otorgue un cierre feliz. Cuando funcionan, nos elevan el espíritu y nos muestran un mundo en el que podemos cambiar todo el sistema que nnos rodea con voluntarismo. Cuando fracasan, nos hacen pensar en nuestra inexorable mortalidad, en el momento en que el universo real consumirá todo.

martes, 28 de septiembre de 2010

Mirando Canciones

Cuando pienso en escribir sobre canciones, la primera persona que se me viene a la mente, mi modelo platónico, es Benito. Durante años mantuvo vivos dos blogs (Fuck you Tiger y Dragon Lieder) en los que habló de política y de cultura en general, pero sobre todo de música.

El gusto de Benito es omnívoro: desde noise japonés o metal escandinavo hasta folk latinoamericano, todo es apreciado, medido y procesado. Y es justo esta manera de procesarlo lo que me interesa tanto de su escritura: Benito liga cada canción íntimamente con su vida y sus recuerdos. Ninguno de estos recuerdos es demasiado particular por sí mismo: un paseo en la playa, alguna conversación de bar, una mujer que preferiríamos que no se haya ido. Son cosas que nos pasan a todos. Pero el contrapunto entre esos recuerdos y las canciones de las que habla es el que hace que todo cambie, que las cosas triviales se vuelvan especiales.
Benito, a veces, hablaba de las historias detrás de las canciones. O de las canciones como historias. Las letras son frases de personajes, o descripciones de estados de ánimo. Las letras dicen algo. Al fin y al cabo estamos hablando de canciones.
Benito es también Tüssi Dematteis, cantante de La Hermana Menor. Reflejando sus gustos, la música de LHM es, por decir lo menos, ecléctica: bossa-nova, noise, punk, rock, folk. Todo vale.
Pero lo que me importa en este caso no es tanto el sonido de las canciones, sino lo que dicen. Creo, podría aseverarlo, que las letras de LHM son las mejores que se han escrito en el rock latinoamericano en la última década. O tal vez desde siempre.
Las canciones que más me gustan de Dematteis, las que mejor le salen, tienen, siempre, temas muy adultos: hablan de personajes moviéndose de un lado a otro, pero casi nunca avanzando, como si algo los mantuviera pegados a un pasado que aún duele, pero al que también es imposible no recordar con cariño, como algo que fueron, y que tal vez aún quisieran ser, pero que nunca es posible.
Y las canciones funcionan siempre, o casi siempre, con una perfección de relojería. O más bien como un reloj que tiene, en el centro mismo de sus engranajes, una bomba a punto de estallar.

Canarios (Canarios)
La historia es simple: el cantante y una mujer cruzan el Río de la Plata, desde Montevideo hacia Buenos Aires. No se sabe si es que están relacionados de alguna manera, si es que son viejas llamas el uno para el otro, o si son solamente amigos.
Pero cada uno de los detalles de la letra, nimios en principio, son los que hacen que el viaje sea especial, como todo viaje, como toda vida, nimia en principio. Valentina es toda luz mientras fuma mirando el río, mientras cumple con uno de los mayores actos de caridad que una mujer puede cumplir: dejar que alguien la admire.
Luego, el narrador la mira mientras duerme, y toda la ternura que puede generarte alguien que quieres al dormir solo se refleja en una caricia sobre un tatuaje.


Ex (Canarios)
De nuevo, la anécdota detrás de la canción (una pareja de amigos que van, en un día soleado, a visitar un río o un lago que solían frecuentar en su niñez) es de una sencillez tal que es posible dejarla pasar de largo sin prestarle atención, y escuchar la canción solo como melodía y arreglos y ritmo.
Pero luego escuchas la respuesta de Isabel cuando le preguntan por su antigua novia, y todo tiene sentido, y todo el día cambia.
Atravesando el pueblo en plena siesta
el ruido del motor parece un insecto enloquecido
pero debajo del zumbido
la escucho murmurar
"que triste es definirse como ex"

Memorial en el cerro (Todos estos cables rojos)
Otra vez dos personas pasando una tarde muerta, otra vez son los detalles chiquitos los que hacen una atmósfera que es también un escenario, pero que es, sobre todo, un preámbulo para una de las estrofas más desoladoras que he leído:
Decís que hay gente que extrañás
y que hay gente que te gusta.
Y que hay gente que te quiere,
y no sabés por qué.


Antonio 92 (Ex)
Aquí, como en las demás canciones de esta selección, ya todo ha pasado, o aún está por pasar. O más bien ya se sabe que nada va a pasar, que toda la historia es más bien una anécdota, de las que quedan casi como un pie de página.
Aunque hay novelas hechas de pie de página.
Luego clavó una tachuela en medio de mi retrato
y no es contigo el problema, el problema soy yo
pasáme una dorixina, pasáme de largo
“Antonio dice que todo está mucho mejor”

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Modernistas 10: Kate Beaton.



Kate Beaton es la encantadorísima autora del webcomic totalmente hilarante “Hark! A Vagrant”. Darío alguna vez dijo que no tenía ninguna tira mala, cosa que creo que es mucho muy posible, habiendo revisado los archivos para ilustrar esta entrevista, para rápidamente descender en un continuo desternillarse de risa (de hecho, si la entrevista tiene demasiadas imágenes es porque no podía elegir). Sus temáticas favoritas son las ridiculeces de la historia y la re-interpretación de clásicos literarios que revelan aquello que tenían de trágico vuelto mordaz y ácido. Pero más allá de eso, es una enorme caricaturista (en el sentido clásico) y una gran guionista y estamos eternamente felices de que haya accedido a contestar unas cuantas preguntas para sus fans perdidos del cono sur.
Con uds, Kate Beaton.

1) Investigando descubrí que tenés un título en historia y antropología. ¿Cómo se transformó eso en una “carrera” en el mundo del comic?

De casualidad, en realidad, dibujo caricaturas desde que soy chica, no es como si hubiese abandonado trabajos relacionados con la universidad para comenzar a hacer arte. Cuando estaba en la universidad, dibujaba comics para el diario estudiantil. Luego, lo hacía por diversión y para hacer reír a mis amigos. Cuando finalmente les hice un sitio web, creció porque conocía alguna gente que hacía webcomics y lo linkearon, y dio vueltas. Pero creció muy rápido, sorprendentemente. Y cuándo abandoné un trabajo en el 2008, había crecido tanto que decidí darle una oportunidad full time. ¡Y aquí estamos!



2) ¿Cómo te sentís al respecto de la escena de comics alternativa contemporánea? ¿Cómo se siente llegar a ella a través de los webcomics?

Realmente no sabría qué decir, porque no sé como era antes de que yo llegase. Es muy difícil realizar una comparación o emitir un juicio sobre el modo en que funcionan las cosas, pero ha sido bueno conmigo. No creo que hubiese terminado tropezándome con ella a través de otro medio que no fuesen los webcomics.

3) Pareciera que estás más influenciada por ilustradores para niños (y literatura, e historia, obviamente) que por artistas de comics. ¿Es así?

No diría eso específicamente. Ronald Searle probablemente sea mi mayor influencia en este momento. Vos podrías estar refiriéndote a la literatura para niños porque mi trabajo frecuentemente es comparado al trabajo de Quentin Blake, pero cuando los mirás lado a lado no hay muchas similitudes más allá que la apariencia descuidada que a veces compartimos. Pero no, no tenía comic books cuando era chica y solo comencé a leerlos recientemente, así que las influencias vienen de otros lados.

4) ¿Cuál crees que es la atracción de la historia para el humor?

¡Simple! Si alguna vez sucedió algo gracioso, extraño, loco o extremo (cualquier cosa en lo absoluto) ¿qué es eso hoy más que historia?



5) ¿Quién es tu figura histórica favorita para burlarte? O, alternativamente, ¿quién pensás que tiene el mayor potencial en la historia para el humor?

Oh, las grandes personalidades, las personas poderosas, siempre son las mejores para reírse. Nadie va a cuestionarme si me burlo de Napoleon porque él era tan exagerado en todo lo que hacía que tenés vía libre, de algún modo. Además, son las figuras que la gente reconoce, así que más gente entiende la broma inmediatamente.

6) En tus comics hay siempre un juego entre “alta” cultura (historia, literatura) y “baja” cultura (hip hop, subculturas adolescentes, comic books) y sin embargo, no se siente como si chocasen. ¿Por qué tenés esa aproximación y por qué crees que funciona tan bien?

Si pensás en la historia en términos de datos y números, se siente distante de las cosas que te son familiares. Si pensás en ella como gente e historias, se vuelven identificables. En su punto más simple, la gente es la misma hoy que como siempre fue. Enamorarte y des-enamorarte, ambiciones y esperanzas, triunfan y fallan. Alta cultura, baja cultura.



7) Incluso en tus comics más garrapateados y apresurados, las expresiones faciales son frescas y graciosísimas. ¿Es esta una característica de tus comics que siempre intentás favorecer?

En algún momento a lo largo de mi vida desarrollé una habilidad para ello, pero no me di cuenta que era una fortaleza de mi trabajo hasta que la gente comenzó a decírmelo, a decir verdad.

8) Mayormente trabajás en tiras cortas e ilustraciones, ¿es una decisión consciente o te gustaría dibujar y escribir un trabajo más largo?

Jaja, oh, dios, me toma tanto tiempo tener ideas para comics cortos que creo que uno largo me mataría.

9) ¿Como es tu acercamiento a tus tiras autobiográficas? Estoy pensando en las que posteas en tu cuenta de twitpic. Pareciera que son una cosa aislada del resto de tu trabajo…

Me gusta usar twitpic para esas tiras porque son del momento, son como un twitter ilustrado. Me gusta tener cosas diferentes en lugares diferentes. Quizás no siempre pertenecen a un solo y gran bulto. Manos en diferentes frascos, ese tipo de cosas. Me gustaría hacer algo con los comics autobiográficos algún día, pero todavía no estoy segura de que.



10) ¿Y como te aproximas a las tiras en las cuales le hablas a tu “yo niña”? ¿Como un exorcismo, una especie de “Me hubiese gustado saber esto cuando era más chica”?

Los comics del “yo niño” son un viejo experimento al cual no retorno tan seguido en estos días. Solo pensé que sería interesante hacerlos, no había ninguna gran intención detrás de ellos.

11) Y, finalmente, si tuvieses que elegir una figura literaria para que fuese tu esposo, ¿a quién elegirías?

Jaja, creo que nunca antes había pensado en ello. Si eligiese a una persona ahora, probablemente sería de forma burlona.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Eureka! Escuchando los favoritos de Jim O' Rourke. (parte 1)



1) Tal vez es una costumbre un tanto perdida, pero creo que la mejor forma de conocer bandas y artistas nuevos es a través de entrevistas y notas a otros músicos. Era algo más común hace una década o más, donde las formas para conseguir música nueva eran menos y más complicadas. Lo interesante de seguir recomendaciones de otros artistas es que uno puede ignorar la maquinaria marketinera de revistas, sellos, e ir directamente al gusto de un melómano que vive en otro país y te dice "che, mirá, esto esta copado". Hay casos muy conocidos de situaciones así, como la remera de Daniel Johnston que Kurt Cobain supo usar, o también pasa cuando artistas hacen versiones (de nuevo, Daniel Johnston). Yo conocí a varias bandas a través de versiones de Yo La Tengo. Con Dario conocimos a los Parenthetical Girls a través de la versión de "Love Connection" que hace Casiotone for the Painfully Alone (y debemos un buen post acerca de Parenthetical Girls en el futuro).

2) Para los que me hayan leído o hablado conmigo, sabrán que en los últimos meses ando con una obsesión con la obra y persona de Jim O'Rourke . Esto se debe a que vi su nombre detrás de muchos proyectos que me interesaron mucho (el 'knock knock', de smog, su disco 'eureka', etc) y su posición de músico multiinstrumentista-multiuso-productor-experimentalista-etc. En las entrevistas, O'Rourke se muestra como alguien muy centrado y tranquilo, y casi siempre le preguntan "Che, y no te parece tan raro meterte en tanta cosa diferente?" y el contesta con un "Por supuesto que no". Puedo entender a que se refiere. Para O'Rourke, es todo lo mismo - producir discos, colaborar con artistas noise japoneses, sacar discos de electrónica experimental, juguetear con el pop orquestal, etc. Esto sumado a (¡seamos sinceros!) cierta crisis existencial por la que ando pasando, hace que me encuentre muy interesado en su persona y su obra.

3) Uniendo los puntos 1 y 2 me encontré con esta entrevista al músico en la célebre y genial Perfect Sound Forever, y de ahí encontré esta lista de sus discos favoritos / recomendados. Genial. Algunos artistas los conocía de nombre, la mayoría jamás los había escuchado, y el disco que más conocía (Laughing Stock, de Talk Talk) es uno de mis discos de cabecera. Una muy interesante combinación, así que decidí bajarme todos esos discos recomendados, y ahora voy a escribir un poco acerca de ellos. Son 10 discos, y el post estara dividido en dos o tres partes. Empecemos:


Luc Ferrari - Tautalogos Trois/Interupteur

(Este fue el primer disco que me baje y el primero en escuchar de esta lista. Apenas empezó, me di cuenta que este experimento de escuchar un montón de discos iba a ser complicado. Esto es duro.)

¿Quien es?
Luc Ferrari es un compositor francés de música contemporánea minimalista. A causa de sufrir Tuberculosis, no pudo ser pianista y se dedicó exclusivamente a la composición. Se fascinó con la radio y los artilugios electrónicos, siguiendo un poco la línea de Stockhausen, John Cage y otros. Estas dos obras son de 1967 y 1970, y duran 20 y 25 minutos respectivamente.
(Paréntesis personal: Ya tuve de adolescente alguna experiencia escuchando música contemporánea. Siempre consideré que escucharlos era algo bastante distinto a escuchar un disco digamos 'normal'. Esto no es pop. No es para poner de fondo. Es para escuchar con mucha atención y forma, digamos, "activa". O al menos esa es la actitud en la que intentaba encarar esos discos, aunque muchísimas veces fracasaba y escuchaba Stockhausen mientras ordenaba el cuarto. Recuerdo con cierto cariño algunas reuniones con mi tío-abuelo, pianista clásico él, donde escuchamos algunos discos de Bartok en silencio y tranquilos. Cuando terminaba cada obra, me preguntaba "Bueno, ¿Qué te dijo este lenguaje?")

¿Qué onda?
Cuando empezó la primera obra (Interrupteur) me quería matar. Era básicamente todo lo que uno puede esperarse de un autor minimalista insoportable. Drones disonantes, Pequeños ataques violentos de trompetas y cuerdas (chwaaannggg!!), clima inquietante."Ok, esto no es para mi".
La verdad me pareció muchísimo mas interesante la otra obra, "Tautologos 3". Que conste que me resulta dificilísimo hablar sobre música contemporánea, pero intentemos: Tautologos 3 es muy violenta e intensa, y tiene un montón de patrones y cambios de tempo constantes todo el tiempo. Además de la percusión, vientos y bronces hay una guitarra eléctrica y manipulaciones de cinta. Hay toda una estructura coherente, extraña y alienígena, silencios que dan a partes repetitivas y riffs cuadrados que son muy parecidos a algo que casi podría llamarse "rockero".
Repito, me cuesta horrores hablar de este tipo de música que desconozco. "Tautologos 3" me pareció super interesante, intensa, y en cierta forma extraña y sensible. No me lo esperaba. "Interrupteur", por otro lado, no me comunicó mucho.



Arnold Dreyblatt  - Animal Magnetism

¿Quien es? 
Según la Wikipedia, Arnold Dreyblatt (¡gran apellido!) es un compositor y artista visual. Estudio con La Monte Young, Pauline Oliveros y Alvin Lucier. En el lado músical, Dreyblatt inventó nuevos instrumentos, tipos de afinación, y toca un contrabajo que él mismo modifico. Su música aparentemente "se basa en armónicos". Ok, nidea de que querrá decir con eso, pero escuchemos a ver que tal

¿Qué onda?
Este disco es una de las sorpresas más agradables y de las cosas más extrañas que escuché. No se parece mucho a nada. Cuando arranca la primera canción, empieza una batería super básica y cavernicola, tocando algo muy simple, y una montaña de instrumentos entrelazados y difíciles de separar entre sí. ¿Hay vientos?¿Cuerdas?¿Una percusión por ahí?¿Un banjo?¿Qué son esos ruiditos?
Todos los músicos del ensamble tocan casi lo mismo hasta cierta cantidad de vueltas donde cambian a otra sección, y así van armando estructuras, casi canciones. Hay cierto ambiente lúdico, es música alegre, divertida, tribal y de cierta forma, amena.
El disco, dentro de sus patrones e ideas base, es bastante variado. El tema que da nombre al disco empieza con 2 minutos de unos armónicos sonando como robots aburridos, esperando alguna orden. Lentamente se agregan timbres, un bajo, un saxo haciendo drones, campanitas juguetonas. "Group Velocity" tiene una base que podrá servir para un oscuro reggaeton, con alguna melodía de sintetizador y alguien rapeando encima. Por otro lado, el uso de los vientos y saxos me recuerdan a las repeticiones de Phillip Glassy y Steve Reich. Pero de pronto hay un corto y entra algún ritmo super pegadizo y uno no puede evitar imaginarse a todos los músicos sonriendo mientras tocan. Qué cosa más extraña y genial este disco.



Talk Talk - Laughing stock

Sobre Talk Talk ya escribí en este post, y Gustavo también escribió un poco sobre ellos aquí. Una banda maravillosa, y un disco hermoso, único y personal.



Tony Conrad w/ Faust - Outside the Dream Syndicate

¿Quien es? 
Entremos en terrenos un poco más conocidos. Tony Conrad es un artista visual y músico experimental, que sacó solo este disco, acompañado por los muchachos de Faust. Fue miembro del Theatre of Eternal Music, junto a John Cale, La Monte Young, y otros, a mitad de los 60s, haciendo lo que se consideraría en el futuro música Drone. Con esos datos, uno puede tener un poco de idea de por donde va a ir este disco.

¿Qué onda?
"Outside the Dream Syndicate" tiene dos lados, cada uno durando unos 26 minutos aproximadamente. El primero, "From the Side of Man And Womankind" es de las composiciones más repetitivas que escuché. Son 25 minutos con una batería haciendo un ritmo sumamente primitivo (pum-pa-pum-pa), y al pobre bajista tocando la misma SANTA NOTA durante la duración del tema, y la toca así: tun, tun, tun, tun, tun, tun, tun, tun. Sobre esa estructura suena la viola de tony conrad, que se balancea, se mueve, se desliza relajadamente. Suena a Krautrock a full, por alguna razón: ¿La elección de timbres? ¿La estructura armónica? ¿O simplemente por como suena, por como esta grabado? no sé. Lo que sí es que esta primera pista es un tour de force, y es un poco lo opuesto a las composiciones de ferrari: Funcionan mejor como fondo, como un wallpaper sonoro, para cuando uno hace otras cosas.
El segundo "From the Side of the Machine" lado mantiene la misma idea pero mejoran todas las partes más irritantes. La batería es mucho más orgánica, siguiendo un patrón tribal con tones. El bajo toca alguna nota más (serán 2 o 3!). Y además de la viola, tenemos algunos sintetizadores que hacen muy buenos aportes, y salen y entran de a ratos. El lado dos es mucho más relajado y contemplativo, y mucho más ameno de escuchar. Mientras que el primer lado se mantiene terco en su intención y las variación son solamente las mínimas que son generados por los mismos 3 tipos tocando lo mismo todo el puto tiempo, acá hay unos ciertos relevos, bajadas de cambio y subidas. Todo muy lento y pausado, pero que se mantiene muy interesante durante todo el largo de la pista. Se supone que es un disco clásico del drone y el krautrock. Para mi no pasa mucho de ser un disco "lindo", al que seguramente se le saque más jugo con más escuchas.