martes, 28 de septiembre de 2010

Mirando Canciones

Cuando pienso en escribir sobre canciones, la primera persona que se me viene a la mente, mi modelo platónico, es Benito. Durante años mantuvo vivos dos blogs (Fuck you Tiger y Dragon Lieder) en los que habló de política y de cultura en general, pero sobre todo de música.

El gusto de Benito es omnívoro: desde noise japonés o metal escandinavo hasta folk latinoamericano, todo es apreciado, medido y procesado. Y es justo esta manera de procesarlo lo que me interesa tanto de su escritura: Benito liga cada canción íntimamente con su vida y sus recuerdos. Ninguno de estos recuerdos es demasiado particular por sí mismo: un paseo en la playa, alguna conversación de bar, una mujer que preferiríamos que no se haya ido. Son cosas que nos pasan a todos. Pero el contrapunto entre esos recuerdos y las canciones de las que habla es el que hace que todo cambie, que las cosas triviales se vuelvan especiales.
Benito, a veces, hablaba de las historias detrás de las canciones. O de las canciones como historias. Las letras son frases de personajes, o descripciones de estados de ánimo. Las letras dicen algo. Al fin y al cabo estamos hablando de canciones.
Benito es también Tüssi Dematteis, cantante de La Hermana Menor. Reflejando sus gustos, la música de LHM es, por decir lo menos, ecléctica: bossa-nova, noise, punk, rock, folk. Todo vale.
Pero lo que me importa en este caso no es tanto el sonido de las canciones, sino lo que dicen. Creo, podría aseverarlo, que las letras de LHM son las mejores que se han escrito en el rock latinoamericano en la última década. O tal vez desde siempre.
Las canciones que más me gustan de Dematteis, las que mejor le salen, tienen, siempre, temas muy adultos: hablan de personajes moviéndose de un lado a otro, pero casi nunca avanzando, como si algo los mantuviera pegados a un pasado que aún duele, pero al que también es imposible no recordar con cariño, como algo que fueron, y que tal vez aún quisieran ser, pero que nunca es posible.
Y las canciones funcionan siempre, o casi siempre, con una perfección de relojería. O más bien como un reloj que tiene, en el centro mismo de sus engranajes, una bomba a punto de estallar.

Canarios (Canarios)
La historia es simple: el cantante y una mujer cruzan el Río de la Plata, desde Montevideo hacia Buenos Aires. No se sabe si es que están relacionados de alguna manera, si es que son viejas llamas el uno para el otro, o si son solamente amigos.
Pero cada uno de los detalles de la letra, nimios en principio, son los que hacen que el viaje sea especial, como todo viaje, como toda vida, nimia en principio. Valentina es toda luz mientras fuma mirando el río, mientras cumple con uno de los mayores actos de caridad que una mujer puede cumplir: dejar que alguien la admire.
Luego, el narrador la mira mientras duerme, y toda la ternura que puede generarte alguien que quieres al dormir solo se refleja en una caricia sobre un tatuaje.


Ex (Canarios)
De nuevo, la anécdota detrás de la canción (una pareja de amigos que van, en un día soleado, a visitar un río o un lago que solían frecuentar en su niñez) es de una sencillez tal que es posible dejarla pasar de largo sin prestarle atención, y escuchar la canción solo como melodía y arreglos y ritmo.
Pero luego escuchas la respuesta de Isabel cuando le preguntan por su antigua novia, y todo tiene sentido, y todo el día cambia.
Atravesando el pueblo en plena siesta
el ruido del motor parece un insecto enloquecido
pero debajo del zumbido
la escucho murmurar
"que triste es definirse como ex"

Memorial en el cerro (Todos estos cables rojos)
Otra vez dos personas pasando una tarde muerta, otra vez son los detalles chiquitos los que hacen una atmósfera que es también un escenario, pero que es, sobre todo, un preámbulo para una de las estrofas más desoladoras que he leído:
Decís que hay gente que extrañás
y que hay gente que te gusta.
Y que hay gente que te quiere,
y no sabés por qué.


Antonio 92 (Ex)
Aquí, como en las demás canciones de esta selección, ya todo ha pasado, o aún está por pasar. O más bien ya se sabe que nada va a pasar, que toda la historia es más bien una anécdota, de las que quedan casi como un pie de página.
Aunque hay novelas hechas de pie de página.
Luego clavó una tachuela en medio de mi retrato
y no es contigo el problema, el problema soy yo
pasáme una dorixina, pasáme de largo
“Antonio dice que todo está mucho mejor”

3 comentarios:

xopxe dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Unknown dijo...

tante grazie. Es muy adecuado lo que escribiste sobre "Memorial": como el ambiente general es plácido casi nadie se dio cuenta del estado mental que refleja (o trata de reflejar) la última estrofa.

Colifloressecas dijo...

ayer, paseando en carro con una ex novia (tal vez demasiado reciente como para estar paseando en carro con ella) hubo un largo silencio justo después de esa canción.