miércoles, 22 de junio de 2011

Hungría.

- Hace un montón que no escribo de música. Estuve escuchando un montón de discos nuevos que salieron este año: Junior Boys, Wild Beasts, Antlers, Bill Callahan. Todo me gustó, pero nada me inspiró a escribir. Así que me pareció mejor escribir sobre el disco que más escuché en lo que va este año, y que inevitablemente va a ir unido a lo que fue el comienzo del 2011.
- En general, uno siempre cae en tratar de escuchar música nueva, así cómo descubrir algunos artistas viejos. Tengo la teoría de que en ese patrón hay un lapso de tiempo musical que uno tiende a ignorar: La música que salió hace unos cinco, seis, siete años. ¿Que pasó musicalmente en el 2007?  Es bastante difícil poder darse cuenta ahora, visualizarlo bien: Uno necesita más distancia. Y todo lo que uno escucha de hace cinco años suena un poco demodé, porque no es demasiado nuevo ni moderno, pero tampoco es realmente viejo o no sabemos (de burros nomás) si lo que escuchamos es vigente o sigue valiendo la pena. Un montón de prejuicios boludos, ya se, pero existen.
- “Hungría”, de Gepe, es del 2007. Haciendo un esfuerzo y pensando en esa época, me acuerdo de cuando salió, de la salida de la folktrónica, o la mezcla entre las bases electrónicas más bien mínimas con charangitos, guitarras criollas y bombos legueros. En ese momento lo escuché muy poco. Y este año, a causa de una trancadera importante con los Dënver y Javiera Mena, decidí volver a escuchar a ver que ofrecía este otro músico del pop chileno.
- Es un disco más bien corto, de 10 temas en 35 minutos. Aunque los primeros temas arrancan relativamente ‘para arriba’, el clima del disco es más bien acústico, sereno y un tanto lánguido. Mucho shaker, maraca, acústicas, algunos climas de teclados, pero por sobre todo la voz de Daniel Riveros. En una entrevista parte del documental ‘Al unísono’ (que pueden ver aquí) el cantante comenta que aunque empezó a tocar la batería y luego se pasó a la guitarra, su instrumento favorito es la voz. Y se le nota, mucho. Gepe tiene una cadencia muy agradable y se esfuerza muy cuidadosamente en pronunciar cada sílaba con la forma e intención adecuada. Es de esas personas que por cómo cantan nos parece que son mejores personas.
- Ya lo hablamos varias veces con Amadeo en este blog, pero lo menciono de nuevo porque Gepe es de esa escuela: Tiene un algo, un no-se-qué, que te da la sensación de que es una persona muy tranquila y que alcanzó cierto nirvana personal. De que tiene la verdad, o que al menos se dejó de joder con ciertas dudas existenciales y esta por encima de esas cosas. Es lo mismo que me pasa (en distintas formas) con Britt Daniel de Spoon, o con John Darnielle de Los Mountain Goats. Escucharlos me da cierta paz y serenidad. Aunque está claro que esta sensación que me dan estos cantantes habla bastante más de mí que de ellos.
- Gepe tocó en vivo en Montevideo, una vez, en la pequeña sala Zabala Muniz, junto con Martín Rivero.  Yo no fui a verlo, pero un amigo sí y me contó esto: Gepe terminó tocando para unas 8-12 personas, cosa que le chupó absolutamente un huevo y metió un gran show bailando y agitando cómo si el lugar estuviera lleno.
- Cuando un día se me ocurrió canturrear la letra de ‘Esgrima’ y de ‘Celosía’ me di cuenta lo difícil que son de recordar las letras de Gepe. Y la verdad que sigo sin entender bien de qué pueden ir bien las letras. Supondría (con el mayor de los respetos) de que no hablan específicamente de nada. Creo que podría estar cantando en árabe, o inventar palabras a lo Sigur Ros, y el efecto emocional de las canciones sería el mismo. La lírica de las canciones es como un agregado, un color, un timbre de teclado, una capa de reverb sobre el disco.
(Se le esta dando mucha bola mediática al pop chileno. Puede ser que haya cosas que no estan taaan buenas de como estén pintadas. Pero creo que lo más destacable que tienen todos sus artistas es siempre una cierta actitud cero-bullshit que tienen todos. No hay una vuelta, un “juego” ni un yeite, ni nada por el estilo en su propuesta. Son gente que hace canciones, siguiendo la eterna y un tanto arcáica tradición del cantautor y no mucho más. Y lo hacen muy bien. Y punto.)
- No creo que “Hungría” sea un gran disco. No creo que su compositor haya pensado alguna vez en crearlo así. Es un disco que se refugia en su pequeñez, en todos sus espacios y silencios. En sus últimos tres temas, tristes y menores. En ‘hebra prima’, que es un tema tan poco apropiado para terminar un disco, y que lo cierra. Y no se me puede ocurrir un final mejor para ese disco.
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Como buen melómano romántico, siempre tiendo a asociar emociones y situaciones de la vida con la música que estoy escuchando en cierto momento. Un día en febrero iba en un ómnibus a tener una conversación potencialmente muy dolorosa, conversación que terminó aún peor de lo que esperaba. En el trayecto fui escuchando este disco, empezando con “Esgrima”, el primer tema. Me parecía raro escuchar algo tan ‘alegre’ en ese viaje, pero lo hice igual - recién descubría el disco y bueno, quería escucharlo.
Ahora cada vez que arranca “Esgrima” me acuerdo precisamente de ese momento, de ese ómnibus, del calor que hacía, de la ropa que tenía puesta, de las cuadras que caminé, de las cosas que compré en un Kiosco. Y lo extraño es que para haber sido un momento bastante jodido, lo recuerdo con una serenidad y nostalgia agradable.  Escucho “Esgrima”, y su letra que no se entiende de que está hablando, y me acuerdo de ese día, y me sonrío. Y ya pasaron un montón de meses, y todavía no entiendo bien porqué pasa. Tal vez podría haber pasado con algún otro disco, u otra canción. Tal vez no. Pero por esas cuestiones es que termino escribiendo cosas como esta.

lunes, 20 de junio de 2011

Lawrence CAPO



Este link es demasiado bueno para dejarlo pasar: Parece que la gente de Domino Records hicieron unos programas de radio especiales la semana pasada, con varios invitados. Uno de ellos fue Lawrence Hayward, de Felt, que armó un programa de 3 horas con una montaña de exquisiteces muy raras de pop e indie de los 70s y 80s, entre otras cosas. Lo estuve escuchando y no conocía casi ningún tema y todo lo que escuché me gusto mucho. Pueden escucharlo entero aquí. Disfruten.

miércoles, 15 de junio de 2011

Chasing Quitely. (O: dos días en Crack Bang Boom)



Resulta que hace unos cuantos meses me enteré de que había una convención de comics en Rosario (la segunda que se organiza ahí, gracias a los excelentes oficios de Eduardo Risso) en la que venía Frank Quitely, uno de mis artistas favoritos, conocido por All Star Superman, New X-Men, We3 y otros, por su estilo fluido, sus diseños de personajes controversiales y hermosos y por ser uno de los mejores storytellers actualmente trabajando en el negocio.

Luego de mucho dudar, decidimos ponernos en marcha, viajar a la hermosa ciudad fluvial de paseo y turismo y visitar la convención con el objetivo de que me firme mi Absolute All Star Superman y me haga un dibujito, un Jimmy Olsen, un sketchito de nada. También pensé en armar mi primer sketchbook temático, pero luego me olvidé y no compré el cuadernito.

Esta es la triste crónica de lo sucedido.

Sábado.

Luego de levantarnos temprano y sufrir los ruidos de nuestra habitación con vista a la calle (muy bonita, pero se escuchaban todos los colectivos, basureros y niños en rollers que gritaban por la calle), nos levantamos, damos una vuelta, compramos un par de giladas, comemos en un lugar de calidad media (buena suprema, fea paella) y finalmente yo me marcho a la charla de Quitely en el reconvertido (aparentemente hace poco) cine El Cairo. Una muy bonita sala, donde CB Cebulski, gordo piola pero que le rechazó la carpeta a mi amigo personal @rigilk, terminaba de contar cosas sobre que pretendían hacer con las ediciones digitales, porque lo habían vuelto Frankenstein al Punisher y etc.

Luego de un breve movimiento e intercambio de público, mucha gente abandonando el auditorio luego de que Cebulski terminara, llegó Quitely y se sentó adelante flanqueado por su traductor y con Andrés “La Papa” Accorsi haciendo el trabajo de coordinación y preguntación de la charla. A pesar de mis miedos, el auditorio no estaba lleno, aunque si tenía una buena cantidad de gente. Yo llegué frenéticamente a pedir mi entrada creyendo que todos los habitantes de Rosario iban a hacer cola para hacerse firmar las nalgas por Frank Quitely.

La charla tuvo muchas anécdotas y momentos interesantes, de los cuales destaco los siguientes:

- Contó que cuando comenzó a trabajar en Estados Unidos, scouteado por DC, obviamente, y su primer trabajo fue Flex Mentallo, Morrison lo había pedido específicamente por su “visión inocente y poco formada sobre el comic de superhéroes”. Que había leído comics de superhéroes de joven, pero se le había pasado y nunca más los había vuelto a tocar ni con un palo, a pesar de trabajar de dibujante, posiblemente porque en 2000AD no hay superhéroes.

- Contó que Alan Gran le propuso hacer “The Scottish Connection” porque los dos son escoceses y que él se sentía emocionado de trabajar con Grant. Que DC le metió mano un montón al guión, que al principio era más detectivesco y casi no aparecía Batman. Que al final, cuando se lo mostró a su madre, ella dijo “tu dibujo está muy bien” “¿y la historia?” le preguntó. “La historia es una basura” fue su respuesta. Cuando le contó eso a Grant, el tipo le dijo “si, la historia es una mierda, pero no te dije nada porque quería que estuvieses emocionado al dibujarla”.

- Contó que cuando comenzaron The Authority con Millar lo veían como un comic más bien de culto, una cosa que tenía muy buena prensa pero no las ventas espectaculares que o bien tenía y no se habían percatado, o tendría una vez que la agarrasen ellos. Que su objetivo era hacer cosas cada vez más zarpadas, indecentes, sangrientas e irreverentes con un comic de superhéroes. Que cuando crearon el grupo de personajes que se parecían a los Avengers, Joe Quesada y Bill Jemas les dijeron que estaba buenísimo lo que estaban haciendo, que si querían los hagan más parecidos. Que el “Capitán América” tenía un pentágono en el escudo y “Thor” una capa igual a Thor. Pero que en DC Comics les bajaron el pulgar y les pidieron que los hagan más diferentes y que, además, les comenzaron a censurar diversas cosas, con lo cual su arco en The Authority, en vez de ser cada vez más sacado, terminó siendo cada vez más calmo y tranquilo.

- Contó que The Invisibles era su serie favorita cuando salía y que durante un tiempo se sentía secretamente dolido de que Morrison no lo hubiese convocado para dibujarla. Y que finalmente cuando este le dijo que le estaba reservando el número final, se sintió muy halagado.

- Contó que siempre se sabía que no iba a ser el dibujante “regular” de New X-Men. Que todo el mundo sabía que no podía dibujar un comic por mes, que se esperaba que el dibuje los primeros números nomás para demostrar el cambio radical en look y tono de los X-Men de Morrison. Que fue muy raro cuando los fans comenzaron a quejarse de que porque no llegaba a dibujar un comic por mes y quiénes eran esos verduleros que lo reemplazaban. Que en una convención, en una mesa llena de artistas de X-Men de diversas épocas, mientras los fans llegaban con sus carritos llenos de comics para que se los firmen Claremont, Lobdell, Madureira o Romita Jr, se sacaban fotos, les pedían dibujitos, a Morrison y a él se les sentaban lejos, les daban dos o tres cositas con asco y los miraban como diciendo “no me contagies”.

- Contó que se fue de New X-Men porque le salió la posibilidad de trabajar en el hardcover de Endless Nights. Que Karen Berger lo venía persiguiendo a Gaiman hacía años para que vuelva a Sandman y que finalmente lo convenció cuando Gaiman le dijo “convocame a este dream team de artistas internacionales”. Que a su historia la iba a dibujar Moebius, pero al final agarró algo mejor, se colgó y nunca la hizo. Que ahí le pidieron que lo supla, de apuro, y hasta le permitieron entintarse y colorearse, algo que jamás le habían dejado hacer desde sus primeros trabajos en 2000AD y que a partir de ahí se volvió más común. También dijo que no se entinta o colorea más porque ese trabajo se paga mucho menos que el de dibujante y que tiene que parar la olla en su casa.

- Contó que cuando Morrison le vendió We3 como “es un conejo, un gato y un perro con armaduras” él primero pensó que era una broma y luego pensó “Quizás esta es la primera idea de Grant Morrison que no es buena”.

- Lo mejor que dijo sobre All Star Superman tuvo que ver con la adaptación animada. Cuando le preguntaron por ella se hizo un gran silencio y Accorsi lo miró como diciendo "bueno, dejémoslo acá, entiendo". Luego Quitely se recompuso y dijo que quería contar como había sido su experiencia. Dijo que le había llegado el DVD y que había comenzado a verlo con sus tres hijos. Que a los 5 minutos quedaba solo uno "y creo que la seguía viendo porque me tenía lástima" y que, finalmente, a los 15 minutos apareció su madre, que lo había ido a visitar y le dijo "¿no me hacés una taza de té?", ante lo cual él se levantó, apagó el DVD y nunca más la volvió a poner.

- Finalmente los fans hicieron preguntas, en general buenas, se notaba que la gente estaba ahí porque le gustaba el tipo y no porque era un artista internacional más. Lo más interesante de ésta sección fue que Quitely dijo haber hablado con Kristan, esposa y manager de Morrison, y que ésta le había dicho que el Mozz estaba trabajando en el guión para “Pax Americana”, el primer one shot de Multidiversity, la famosa serie anunciada el año pasado sobre las distintas tierras del universo DC. Lo interesante es que el one-shot es una especie de continuación / reinterpretación / versión de Watchmen pero con los personajes originales de la Charlton. Y que probablemente cuando retornase de Rosario ya lo tuviese en su casa para comenzar a dibujar.

Luego de terminada la sesión, se apresuraron a correrlo de la sala, un tanto brusca y desagradablemente, mientras un montón de fans se abigarraban a su alrededor con copias de sus trabajos buscando una mínima firma. Yo ni siquiera tenía la cámara así que me perdí de sacarle fotos detrás de su mesa. Los organizadores anunciaron que el día domingo iba a estar firmando y realizando sketches en la convención, así que yo, viendo el quilombo y sintiendo que estaba molestando a un tipo que no tenía pautada esa situación en este marco, volví a guardar prolijamente mi Absolute All Star Superman, que había cargado desde las 10 de la mañana, en mi bolso y pensé “mañana me firma y me dibuja alguito”. Iluso.

Domingo.

Luego de que la señora del hotel nos dijese que no podíamos dejar nuestro humilde (pero pesado) bolso ahí porque “no iba a haber nadie que nos atienda a la tarde cuando tuviésemos que pasar a buscarlo”, nos dedicamos a vagar por la ciudad mientras lo llevábamos de a dos, cada uno agarrando una tirita. Quisimos ir al museo de arte contemporáneo y estaba cerrado. Fuimos a la costanera, nos sentamos a tomar un café, comimos en un muy bonito restaurant “d’immigranti” y finalmente caímos a la convención tipo 15 hs, yo muy ilusionado por encontrarme con mi héroe y finalmente hacerme firmar el Absolute que había cargado desde las 11 por segundo día consecutivo.

En la convención hacía calor. Mucho calor. Y había varios stands con cosas interesantes para comprar, pero sobre todo españolas. Qué extraño mundo el de las ediciones españolas, tan lindas, tan completas, libracos goooordooos con tapas duras y todo lo que hizo un equipo creativo en una serie, colecciones de libritos de bolsillo cronológicas de la Legión de Superhéroes, hermosas reproducciones en tamaño grande de Green Arrow / Green Lantern. Si no fuesen españolas las compraría con tanto gusto.

Me encuentro con Accorsi y me dice que Quitely andaba dando vueltas por la convención, que el tipo habla un montón, chupa y baila. Aparentemente salió con ellos la noche anterior. Me deprimo un poco más pero me recompongo pensando que todavía no subió a firmar, que ojalá se emocione al ver que tengo una edición tan cara de su trabajo, en un país bananero y espontáneamente decida que no puede dejarme ir sin un dibujo, una dedicatoria.

Finalmente llega, sube a una tarima llena de plumines y lapiceras y la gente comienza
a hacer cola para que les firme. En el medio anuncian que los dibujos van a ser realizados con número. Corro hasta el stand de recepción y pido uno. Me dicen que, en realidad, ese número no da derecho a un dibujo, sino que da derecho a participar en un sorteo mediante el cual se adjudicarán una cantidad limitada de dibujos. Me pongo muy nervioso.

Hago la cola, llega el momento de pasar frente a él y pedirle una firma. Los otros hermosos nerds a mí alrededor se asombran cuando pelo el Absolute. El tipo me mira con buena onda, pero obviamente no se conmueve ni siente una ancestral empatía conmigo. Yo estoy tan abatatado que ni me animo a pedirle que me dedique la firma. Capaz que es mejor así. Me garrapatea “Frank Quitely” sobre el cachete de Superman en la página 3. “Thank you very much” alcanzo a espetarle. “You’re welcome” me contesta con una sonrisa. Tengo la cámara pero me parece muy cholulo sacarme una foto con él.

Llega la hora del sorteo. Estoy, de entrada, desesperanzado. Nunca tuve suerte en estas mierdas. Tengo el número 25. Sale el 22 y el 24. Solo cinco números. El mío no sale. Veo mientras los afortunados saltan y se emocionan y se paran admirados mientras él dibuja y les da un poco de charla. Evidentemente no son sketches, sino comissions hechas y derechas, a página entera.

Finalmente salimos del lugar, nos encontramos con @rigilk a quién Eduardo Risso acaba de criticar la carpeta bastante duramente, nos acordamos de que es domingo y nos tomamos un taxi a la terminal.

martes, 14 de junio de 2011

La Biblioteca Inexistente (22).


1)El genial Tom Ewing fue invitado por el blog One Week/One Band para escribir durante toda una semana sobre The KLF y el resultado es un increible repaso de la breve carrera y la extensa leyenda de la banda de Bill Drummond y Jimmy Cauty que pueden leer acá en el orden que las fue posteando.

2)Esta nota cuenta la historia de como un norteamericano estudiante modelo se convierte al Islam y termina uniéndose a los rebeldes musulmanes de al-Shabaab en el sur de Somalia y luchando en una guerra civil para derrocar al gobierno e instaurar un régimen musulman. Creo que desperdicia un poco la oportunidad de ponerse en el lugar del otro y tratar de comprender qué puede tener de atractivo para un joven esa vida (¿un poco de islamofobia tal vez?), pero igual es una historia muy interesante.

3)Kasparov reseña una nueva biografía de Bobby Fischer y lo usa como una excusa para repasar la historia de su propia relación emotiva con Fischer. Si no sabés nada de ajedrez, ni de Kasparov ni de la leyenda de Bobby Fischer, con este artículo te alcanza para quedar bien en cualquier conversación en la que surja el tema.

4)Himanshu Suri de Das Racist comenta sobre la explosión de racismo después de la muerte de Bin Laden y rememora su experiencia como hijo de indios en el post-9/11.

5)Una curiosidad sobre periodismo musical; un tal David Moore recuerda en este post la terrible experiencia que fue, como pasante en Pitchfork, recibir para reseñar el primer disco de una banda nueva que nadie conocía pero todos creían que iba a ser grande y con el que no sabía qué hacer: Funeral de Arcade Fire.

6)Gran artículo de Owen Hatherley sobre por qué Black Box Recorder es la perfecta condensación de una cierta forma de pensar Inglaterra, una apropiación conceptual de sus peores rasgos.

7)Una muy buena entrevista a Gary Busey donde demuestra estar más loco que nadie pero al mismo tiempo es bastante piola y alguien con quién te gustaría salir a tomar unas copas.

8)Un muy lúcido intento de entender y explicar ese fenómeno único del hip-hop reciente que es Lil B como persona, como personaje y como un producto de los tiempos que corren.

viernes, 10 de junio de 2011

Me gusta la creciente tendencia en internet de gente criticando a Odd Future diciendo "este es el hip hop que escuchan los hipsters, no los verdaderos fans del género que escuchamos hip hop desde siempre" y que no ve que haya absolutamente ninguna contradicción en esa declaración.

miércoles, 1 de junio de 2011

Algunos Breves Pensamientos Sobre El Eterno Retorno en Dc Comics.


(La imagen del aviso: la nueva JLA de Johns y Lee)

1) Ayer DC Comics anunció, corriendo el velo de misterio que se había posado sobre su status quo post Flashpoint (el crossover que está ocupando su grilla veraniega) que va a rebootear todo su universo y relanzar TODOS sus títulos desde el número 1. Cosa que obviamente levantó polvareda. Sorprende la “audacia” de decidir relanzar de cero títulos legendarios como Action Comics y Detective Comics, los más antiguos de la editorial y de la industria como todo y que ya se estaban acercando al número 1000. Por supuesto que muchos se han ofendido y muchos más se ofenderán, incluyéndome en un primer momento. Pero me parece que hay matices a esta observación y que la movida responde a un interés editorial más preciso y no-tan-destructivo que lo que a primera vista aparenta.

2) Lo que creo, en primera instancia, es que éste, más que un hard reboot de todas las propiedades desde cero, es un soft reboot de ciertos elementos del universo que no funcionan del todo bien. Y, también, que es un producto de los cambios en las altas esferas creativas que sufrió DC el año pasado. La llegada de Jim Lee y Geoff Johns como co-publisher y chief creative officer, respectivamente, buscaba rescatar al costado creativo de la editorial del micro-micro-management de Dan Didio, que se había expresado catastróficamente entre Countdown y Final Crisis y la había hecho perder muchos lectores. A partir de ese momento se comenzó a percibir un intento de recomposición de las relaciones con los creadores y un fuerte deseo de criar nuevos talentos capaces de reemplazar a Geoff Johns y a Grant Morrison como los capitanes del crucero DC. Por eso le han dado tantas series nuevas a Jeff Lemire o Chris Robertson y han contratado a Paul Cornell de modo exclusivo. Ahora bien, si Johns está al mando de toda ésta operación, y todos los indicios apuntan a que así es, ya que es su miniserie, sus personajes y las declaraciones sobre el post-Flashpoint lo han puesto en primera plana, careciendo, sorprendentemente, de declaraciones fastidiosas de Didio, entonces es muy poco probable que vayan a joder con sus series, especialmente con Green Lantern, gallina de los huevos de oro. Lo mismo para Batman, no se van a meter con Morrison y la intrincada madeja que está tejiendo. Básicamente, porque estas dos franquicias dan guita, venden mucho y porque son, para bien o para mal, las flagship de la editorial en los últimos años. Tampoco creo que se vayan a meter con la Legión, con Firestorm, Aquaman o Deadman, todos personajes tocados con la varita de Johns en los últimos años, reformulados, rescatados o retraídos a un pasado de gloria. ¿Pero qué pasa con Superman, Wonder Woman, los Titans, la JLA, la JSA incluso Flash, todas franquicias que en los últimos años han venido de capa caída, con marchas y contramarchas y cambios de dirección y de equipo creativo? Bueno, para eso está Flashpoint. Probablemente esas sean rebooteadas, reseteadas o sencillamente toqueteadas para limpiarlas un poco y proveerles de un nuevo punto de partida.

3) No creo, entonces, que veamos un reboot completo y radical, empezando de cero. Pero hay que tener en cuenta que, por otro lado, ya es hora de un reboot para el universo DC. El último realmente importante (Crisis on Infinite Earths, Infinite Crisis no cuenta, porque fue para-mundial, o sea, trajo de nuevo el multiverso pero no afectó la trama general de la tierra 0, el punto focal donde viven nuestros héroes) ya tiene más de 25 años. Y el anterior a ese, la Silver Age, sucedió justamente 25 años antes. Es la única forma, lamentablemente, de re-enfocar un universo tendiente al caos. Y nos vamos a tener que acostumbrar a ello, a que siempre las mismas historias sean contadas otra vez, con nuevos creadores que, quizás, agreguen cosas nuevas, y siempre siempre siempre descendiendo en el caos. Porque un universo compartido, en términos superheroicos, es entropía tarde o temprano.

4) Por otro lado, el razonamiento de DC es sólido en términos empresariales. Y bastante astuto. La industria del comic norteamericana viene teniendo, desde principios del año pasado, una tendencia a la baja en sus ventas y al estancamiento y hasta crisis de sus circulaciones y flujos de dinero. Finalmente, la crisis generalizada los alcanzó y, especialmente DC y Marvel, no saben muy bien qué hacer para remontar. La idea de lanzar 52 nuevos números uno responde a eso: vender y mucho. Está empíricamente comprobado que los lectores de comic compran mucho más si es un primer número, y la maquiavélica idea de DC es aumentar de un batacazo todas sus ventas con una masa inmensa de números uno. Esto es algo nunca hecho antes, habría que ver cómo funciona, pero en primera instancia yo no tendría motivos para desconfiar de su éxito. De algún modo este elemento, tan frio, tan calculador, tan contraproducente para la seriedad de la industria, me produce una cierta admiración. Porque ha sido práctica corriente en los últimos años, de ambos lados: cerrar series, relanzar de cero, luego renumerar esa serie nueva de acuerdo a la numeración histórica del personaje desde sus orígenes (o sea, se suman todas las revistas que tuvo Hulk y se llega, ponele, al número 600, se lo pone en la tapa y se lo vende como número aniversario, a los dos años se cierra esa serie y se la relanza de 1, a los dos años se la renumera y así). La audacia y, básicamente, completa desfachatez de hacerlo a un nivel macro me parecen bastante sintomáticas de lo que está pasando con los “panfletos” en la industria y, básicamente, me parece una hija putada sincera. Este aumento será, sin embargo, de corto plazo, pero para suplir ese efecto shock me parece que han tomado la otra decisión realmente revolucionario de estos anuncios.

5) Ésta decisión va en contra de la política corporativa largamente arraigada de DC de ir tranquilos, con la corriente, con su anquilosada y conservadora organización empresarial: cada nuevo número de TODA la línea de comics de DC Comics saldrá el mismo día de su publicación en forma digital, disponible automáticamente para el disfrute en cualquier medio electrónico, Ipad, celular inteligente o quién sabe qué. Esto es realmente revolucionario. Es la primera editorial grande que abraza el formato de distribución digital en forma masiva y que ofrece todo su nuevo producto simultáneamente en él. Es, en primer lugar, una aceptación de la muerte tácita del “panfleto”. Ya nadie quiere una revistita de 22 páginas repleta de anuncios que luego es reemplazada por un libro mucho más resistente. Todos quieren leerlas en sus computadoras. Pero es, además, un vuelco sísmico en la relación con los retailers, con los vendedores de comics que forman parte de la columna vertebral de la organización y la venta de comics en Estados Unidos, que, en verdad, proveen a las editoriales de la gran mayoría de su cash flow. Para mí lo que DC está haciendo es comenzar a soltarles la mano, por un lado, a advertirles que tienen que evolucionar o morir, que el futuro está en ser tiendas de libros especializadas en comics y que, quizás, el direct market como lo conocemos está mucho más cerca de la muerte que lo que pensábamos. Obviamente que Diamond sobrevivirá, es demasiado grande y seguirá distribuyendo otras basuras (y trades). Pero el futuro parece incierto e interesante. DC Comics está intentando suplir sus canales de distribución tradicionales y alcanzar a un mercado que percibe como mucho más grande, que es el de las descargas legales. Si ese nuevo segmento es suficiente para suplir las ventas (un comic digital sale bastante menos que uno real) que se espera que se pierdan a medida que se vayan extinguiendo los panfletos (porque en realidad eso es: un acta de defunción desfasada) solo el tiempo lo dirá. También es un intento de superar y reemplazar a Marvel en la cima de la industria, con el doble batacazo de un aumento en lo digital y en las ventas en papel, y que irá a hacer Marvel ahora es algo que habrá que ver con atención (yo pronostico cambios similares en poco tiempo, a Marvel le importan aún menos los retailers).

6) ¿Creativamente? Creativamente, como todo relaunch, va a ser una bolsa de gatos: algunas cosas estarán bien, otras serán un desastre, muchas series “importantes” probablemente tendrán problemas de periodicidad (¿alguien se imagina una JLA dibujada por Jim Lee que salga a tiempo? No, yo tampoco) y dudo MUCHÍSIMO que de acá a un año Action Comics y Detective Comics (al menos) no retornen a sus numeraciones originales. Desde que salió el aviso se sabe que se viene un comic nuevo de Superman con guiones de Grant Morrison, se rumorea a Deadman en Adventure Comics, un nuevo comic de Batgirl con Barbara Gordon y una nueva visión, más diversa étnicamente y con personajes más jóvenes para el universo DC. Pero eso, lamentablemente, no creo que sea lo realmente importante de este anuncio (¿no vieron que casi ni mencionaron equipos creativos?), lo novedoso está detrás. Lo que estará bien serán las series que ya vienen bien y un par de hallazgos interesantes que se sostengan con equipos creativos coherentes. Que es todo lo que siempre podemos esperar. Tendremos que seguir sufriendo y saber discernir entre la inmensa cantidad de basura que vendrá, pero bueno, la labor del lector de comics de superhéroes siempre fue esa.