viernes, 29 de marzo de 2013

3 Motivos Reales y Comprobados Por Los Cuales Utilizar Auriculares Grandes Es Mejor Que Usar Auriculares Pequeños (Un Post Corto y Caprichoso).



1) En primer lugar, es más cómodo. Todos sabemos que los auriculares pequeños molestan el oído, deforman el tímpano y modifican la carnecita de la oreja en formas insospechadas. Además, es como meterse una tijereta en la oreja de manera voluntaria. ¿Ustedes se meterían una tijereta en la oreja de manera voluntaria? 

2) Porque cuando te sacas los auriculares chiquitos nunca sabés que haces con ellos. ¿Los enrollas en tu mano como un vendaje? ¿Los colgás alrededor de tu cuello como un idiota? ¿O los guardas en tu bolsillo sabiendo que cuando los vuelvas a sacar van a estar irremediablemente enredados? Los auriculares grandes vienen con un útil arco que permite colgarlos del cuello y simular que tenés los principios de un casco del futuro.

3) Porque son prácticamente el único ítem de vestimenta para la cabeza aceptado en estos tiempos aciagos. Desde que los hombres (en una derrota tristísima) dejaron de utilizar sombreros, hemos sido confinados a una triste falta de opciones con las cuales cubrir nuestra cabeza y hacerla parecer diferente a la de los demás. Los auriculares grandes nos permiten retomar esa orgullosa tradición.

Además, se escucha mejor.

jueves, 14 de marzo de 2013

El Año Que Vivimos En La Barriga De Una Ballena.



(El dibujo que da "tapa" al compilado pertenece al inmenso Matt Furie y fue levantado de Monster Brains. Una billetera con un dibujo similar me acompañó todo el año.) 

Queridos lectores, bienvenidos a un nuevo ejemplo de ese ejercicio en futilidad conocido como ¡La Lista De Fin De Año!

Como notarán, y continuando con nuestra tradición de ser un blog a la vanguardia del mundo, estamos subiendo esta lista en marzo. Esto tiene dos motivos puntuales: 1) Intenté armarla en diciembre y cuando llegué a los 10 temas me deprimí mucho porque pensé que había sido un año espantoso para la música y la abandoné 2) Marzo es el verdadero inicio del año, no nos engañemos y el tiempo que pasa entre el frenesí de armar las listas de fin de año y marzo permite organizarla de una forma más interesante y dejando de lado los hypes injustificados del año (*cough*FrankOceanladrón!*cough*).

Además, el tiempo que pasó entre el final del año pasado y el principio de este me permitió descubrir la que quizás sea la mejor canción que está en este compilado (“We Are Never Ever Getting Back Together” y espero que no haya nadie dispuesto a mancillar el buen nombre de esa compositora GIGANTE que es Taylor Swift) y prestarle atención a algunos discos que resultaron ser muy buenos.

Como notarán, algunos músicos tienen más de una canción. Esa decisión viene dada por el hecho de que realmente ya no creo en la regla no escrita de “una canción por músico por compilado”. Es una regla un tanto absurda, que solo apunta al purismo esencialista de creer que toda la obra de un año se puede resumir en una canción. Además, básicamente, hay veces en que no podés elegir.

Éste año, a diferencia del anterior, el compilado está subido para descarga además de estar en Grooveshark, por un lado porque sentí que el año pasado todo había quedado un poco caótico (por ello también intenté reducir la cantidad de canciones) y, por el otro, porque Grooveshark, a pesar de todo lo que lo quiero, comenzó a desordenar mis listas, borrándome un tema aquí, otro allá, cambiándome el orden de las canciones, leyendo mal los tags. Nunca confíen en la nube, niños.   

Es un compilado que recorre viejas obsesiones y tiene una pequeña cantidad de novedades. No por nada las tres primeras canciones pertenecen a artistas venerables que tienen algo así como 30 años de carrera (y, la verdad, que “Death To My Hometown” me deja al borde de las lágrimas cada vez que la escucho). Hay un poco más de hip hop que en años anteriores pero todavía me pasa con el hip hop que siento que estoy descubriendo su pasado más que su presente. En algún momento eso se equilibrará, supongo. Me gustan todas las canciones que están aquí (d’uh) pero tengo la crepitante sospecha de que me olvidaré de muchas de ellas en el futuro. Me emociona escucharlo ahora, no lo duden, pero evidentemente tengo una combinación de desconfianza ante la operación de hacer una lista de fin de año a la vez que una manía atávica por continuar realizándola. Creo que en algún momento decidí que no valían para nada como un intento de fijar un sentido común sobre lo mejor del año (además de que me percaté de que mi gusto particular jamás será atractivo como una idea de “lo mejor del año”, es más, me pregunto a quién [además de a mi] le interesa todas estas cosas todas juntas) sino que eran más interesantes como una especie de “tomen y tráguense esta enorme píldora de canciones intoxicantes y efímeras que comparten la particularidad del año de su producción”. Es como pasarse de rosca con el azúcar, o la comida, o la droga. Al final te queda el cuerpo temblando pero en un par de días se te pasa.

En fin, sin más, su dosis de canciones absurdamente geniales del año 2012 de Nuestro Señor:

01 – Amy AKA Spent Gladiator 1 (The Mountain Goats)
02 – Death To My Hometown (Bruce Springsteen)
03 – Waves (Guided By Voices)
04 – Nocturnal (The Vandelles)
05 – Alférez Provisional (Los Punsetes)
06 – Spaghetti (The Wave Pictures)
07 – One Policeman Leads To Another (Dick Valentine)
08 – We Are Never Ever Getting Back Together (Taylor Swift)
09 – Teen Idle (Marina And The Diamonds)
10 – Lost Kitten (Metric)
11 – Electro-Sex (Go-Kart Mozart)
12 – Drones Over Bklyn (EL-P)
13 – Lost Summer (Whitey)
14 – Headcage (Matthew Dear)
15 – Rock’n’Roll (Espanto)
16 – I Can See (Moon Duo)
17 – Bowie Noise (Genuflexos)
18 – Swimming Pools (Drank) (Kendrick Lamar)
19 – The Head (Guided By Voices)
20 – Una Semana Con Los Polis (Joe Crepúsculo)
21 – 103 & Roosy (Action Bronson)
22 – Ends Of The Earth (Hot Chip)
23 – 212 (Azealia Banks)
24 – The Pre-New Anthem (The Pre-New)
25 – Retro-Glancing (Go-Kart Mozart)
26 – 22 (Taylor Swift)
27 – Yoni B (Él Mató A Un Policía Motorizado)
28 – Christopher (Hidrogenesse)
29 – Money Trees (Kendrick Lamar)
30 – Class Clown Spots A UFO (Guided By Voices)
31 – Cauchemar (The Monochrome Set)
32 – So Alive (Madness)
33 – Ofelia (Solletico)
34 – I’m Not Talking (A.C. Newman)

jueves, 7 de marzo de 2013

Tarantinesca



No me gustó Django Unchained. No ayudó a la experiencia el haberla visto en un cine lleno de adolescentes que repetían cada frase-slogan aprendida en los trailers como si fuera el supremo mandamiento de alguna Escritura, el código cabalístico secreto que los llevaría a ver de golpe la cara o la esencia del dios de lo cool. Mi gen de viejo cascarrabias prematuro me lleva a rebelarme contra estas cosas.

Pero no me gustó por otras cosas, también y sobre todo, cosas digamos que cinematográficas. No me gustó el tratamiento de la sangre como si de un videoclip se tratase; no me gustó Jamie Foxx con su personaje tan poco matizado; ni me gustaron demasiado Christoph Waltz ni Leonardo Di Caprio*, aunque se supone que deberían. Es probable que de haber sido yo un fanático del cine como lo es Tarantino hubiese disfrutado igual que él de las referencias visuales al spaghetti western; pero no lo soy, y estas me pasaron sin más por encimade la cabeza.

En el fondo, lo que sentí que le faltó a la película fueron dos cosas: un manejo correcto de los códigos de la época, y un qué, o más bien el trabajo de hacer que el qué se sienta realmente como un escollo inmenso que nuestros héroes tienen que superar, y nosotros con ellos.

Primero: los códigos. Aunque parezca tonto, es el manejo de la cultura trash, pop, B o Z lo que hace que los personajes de las demás películas de Tarantino aparezcan reales ante nuestros ojos. Al igual que el Pynchon de V o Gravity's Rainbow - aún no leí Mason & Dixon ni Against the Day, pero creo que allí también lo logra - son las referencias a cómics, películas y canciones las que hacen que la obra de Tarantino sea, bueno, tarantinesca. Así, los diálogos largos sobre Elvis, Superman o el cine alemán nos dicen algo sobre el amor, la lealtad o el totalitarismo que las peleas de mandingos, con toda su brutalidad, no logran decirnos sobre la esclavitud.

Tarantino siempre ha trabajado sobre caricaturas, esquirlas de su asperger; bocetos de personas hechos humanos por los gustos que los definen, como al propio Quentin lo definieron las centenares de películas vistas y aprendidas de memoria en sus años detrás del mostrador. Pero los personajes de Django son planos, más arquetipos que personas.

Y el qué. En el fondo, todos los héroes tarantinianos están guiados por el mismo principio básico: el afán de venganza. Sin embargo, en sus últimas dos películas es como si suponiera que, dado que el origen de esa venganza (el Holocausto y la esclavitud, respectivamente) es tan universal, los espectadores nos sentiremos automáticamente identificados con la lucha del héroe, así sea este, como el Teniente Aldo Raine, o como el mismo Django, un recipiente vacío de toda personalidad.



No es que Tarantino no sepa construir personajes. Death Proof, una película en la que no pasa nada, es prueba suficiente de ello. Allí, Quentin encara el que fue antes su mayor defecto, su manera de abordar la femineidad**, y construye el mejor manifiesto de amor a la mujer moderna que he visto en un buen tiempo. Y en una película que se supone es un ejercicio de estilo, y nada más.

Las mujeres de Death Proof son completas, complejas, deseables y queribles. Funcionan en el vacío, en relación a sí mismas, y las motivan cosas - la adrenalina, la fama, la amistad - diferentes a sus intereses amorosos. Que también existen: la imagen que me queda al final de esta película es la de la DJ interpretada por Sydney Poitier, mujer fuerte si las hay, manda a la mierda por SMS, borracha y despechada, al imbécil que la deja plantada y herida la noche en que después va a morir. Es esta imagen, y no la del Django superhéroe a caballo, la que quiero recordar del cine de Tarantino.

* Sí me gustaron, en cambio, las tomas panorámicas del invierno americano y Samuel L. Jackson y la lujuria insatisfecha de la hermana viuda de Di Caprio, tan creíble en esas fechas.

** Este post iba a empezar por ahí: una comparación y un constraste entre el Tarantino antiguo, de Reservoir Dogs y Pulp Fiction, anti-femenino y casi misógino (en la primera ni siquiera hay mujeres; en la segunda son objeto de deseo sexual y poco más) y el que viene después de Jackie Brown, como si las relaciones que vinieron con la fama - me viene a la mente Margaret Cho - hubieran abierto los ojos al buen Quentin.