lunes, 13 de agosto de 2012

Resguardar tu colección de mp3 es solo una excusa para tener dolores de cabeza.


Hace dos días terminé una tarea titánica que me tomó toda una semana de fastidio, obsesión y mecánicas tareas: copiar toda mi colección de mp3 (casi 200 discos entre cds y dvds) a mi hermoso disco externo de 1 tera y 12x7 centímetros. La tarea me consumió de tal forma (de una forma negativa, típica de mi persona, que cuando se le mete en la cabeza que tiene que terminar alguna actividad de ordenamiento, redacción u organización no puede abandonarla hasta terminar, por ello también me hice el boludo con ello lo máximo posible) que tiñó la semana pasada de un ligero aliento a malhumor. Luego de la experiencia, teniendo todo organizado, estas son algunas de las cosas que he aprendido en el proceso:

1) Un cd con más de 10 años no funciona más. Es una cosa más o menos segura. Especialmente si es un Teltron, marca de mierda si los hay. Ustedes se preguntarán quién es tan demente como para tener un cd de backup con música de hace 10 años y encima arrastrarlo no solo de una casa a otra sino de una provincia a otra. Bueno, ese sería yo.

2) Los cds rayados con el peor enemigo del explorador de Windows. Alguien debería haber armado ya un fail safe para cuando estás copiando un montón de carpetas y de golpe escuchas el terrible ruido de un cd rayado que dejó de andar (una especie de BUUUUUUUUUUUMMMMMMMMMTACTACTACTACTAC como un frisbee girando en falso) y encontrar una manera de cancelarlo que no implique esperar media hora hasta que termina solo el proceso o tener que reiniciar la máquina a la manera antigua (simplemente desenchufándola).

3) Escuché mucho más a los Go- Betweens entre el 2003 y el 2012 de lo que jamás podría haber creído posible. Su primera aparición se da en mp3 31 con “The Friends Of Rachel Worth” y se repite a intervalos regulares.  Quién lo hubiese dicho.

4) La mejor medida de cuanto te gusta una banda es (a pesar de ser un retentivo anal incapaz de borrar información) la cantidad de veces que su discografía o discos sueltos aparecen en distintos discos de mp3 porque los ibas bajando a medida que tenías ganas de escucharlos. Grabba Grabba Tape aparece como en 4 discos diferentes, Guided By Voices tenía discos desparramados a lo largo de por lo menos media docena de cds y no hubo nada más satisfactorio que reunir las dos docenas de discos de The Fall que se extendían entre mp3-37 y mp3-199.

5) Escuchaba mucho indie pedorro entre el 2005 y el 2008. ¿Sambassadeur? ¿Semifinalists? ¿Sprites? ¿Quiénes son todos ellos? ¿Por qué los bajé alguna vez? Copiar tu colección de mp3 también es una buena manera de reorganizar tu música de tal forma de que solo quede lo importante, una re-escritura de tu biografía tramposa basada en tu punto de vista actual, pero también te revela que elementos fueron sencillamente porciones de memoria sumergidas, amores temporarios, curiosidades parciales.

6) Hay bandas cuya discografía tenía al completo y que preferí no copiar, por una cuestión de pudor personal (o sea, una vez más, ¿en que estaba pensando?). Entre ellas está Massacre, ese grupo que supe querer pero que hoy en día gracias al Wallas retrasado mental que hace declaraciones idiotas he tenido que aceptar que quizás, solo quizás, nunca me haya gustado tanto. También me saltee a Less Than Jake, Mad Caddies y una plétora de bandas pop-punk de la adolescencia (y aquel que diga que nunca escuchó bandas pop punk en la adolescencia miente).

7) Hay solo una categoría de cosas por la cual realmente me alegro de haber resguardado durante tanto tiempo estos cds: discos en vivo de Norman Bates, banda ignota de Tucumán; todo el catálogo de Ventolín Records cuando todavía existía; la discografía más completa de Los Chicles que puedas encontrar; los primeros eps del Tío Pastaflora; el disco de noise inescuchable que grabamos con Federico Randall en Lules en dos noches de vino en el invierno del 2005 y que es la primera cosa grabada bajo el nombre de The Peronists (¡con tapa incluida!) y algunos incunables más (como un ep de la etapa electrónico-melancólica de our very own Ezequiel Rivero).

8) Hay agujeros incomprensibles que son fruto de mi confianza en el cd. Por ejemplo: tengo todos los lados b de Blur pero ningún disco oficial, no tengo Odelay o Midnight Vultures, no tengo ningún disco de la Velvet ni de los Smiths. Todas marcas muy notorias en mi biografía musical, pero cuya representación real quedo abandonada en la casa de mis padres en Tucumán.

9) Es absurdo como recuerdo las marcas materiales de las cosas. Por ejemplo, me acuerdo que de los cds 01 al 40, aproximadamente, los grabe con el Easy Cd Creator que te dejaba una playlist de Winamp junto con la compilación. ¿Qué clase de voluntad titánica podía tener para hacerles caratulas uno por uno con los contenidos, en la computadora, imprimirlas y ponerlas en el estuche y no agotarme al número 20? Sé que en una época al lado de la misma ponía los tracks en que supuestamente terminaban y comenzaban los discos porque mi efímero discman leía los compilados como una playlist interminable. Sé que a partir del 2009, cuando adquirí mi notebook, comencé a dejar paulatinamente de grabar cds de mp3 y, en algún momento del 2010, dejé de hacerles caratulas.

9) Finalmente, una vez tabulados, copiados y ordenados todos los archivos me doy con que tengo unos míseros 180 gigas de música. ¡Solo 35813 temas! Quizás hubiese ido más rápido sencillamente bajando todo en vez de copiarlo. Pero entonces no habría experimentado este extraño viaje hacia las profundidades de la última década, hacía la manera en que nuestro consumo de información cambió irremediablemente, para volvernos todos una central de información ambulante, que cada vez cabe en espacios más pequeños y que es factible de desaparecer al menor golpe o rayón. 

lunes, 6 de agosto de 2012

La Biblioteca Inexistente (27).

(Leslie Gilbert Illingworth, Daily Mail, 27 Febrero 1940, encontrada acá)

1) Desgarrador perfil de Bill Haley, a 30 años de su olvidada muerte. De cómo uno de los “inventores” del rock and roll terminó sus días paranoico, alcohólico, viendo fantasmas en una habitación al lado de su pileta. O de cómo el éxito artístico impensado y por circunstancia puede destruir los caracteres débiles. Mi padre siempre decía que Bill Haley era un gordo conservador aburrido y con un jopo, pero después de leer esto la verdad es que le tengo bastante cariño.

2) La fascinante y bizantina historia de Xanadu, la internet de la mente o la enciclopedia universal, el proyecto de Ted Nelson, que imaginó el hipertexto y la conectividad antes de que el hipertexto existiese, y que jamás pudo concretarlo. Es descorazonador, pero también es la historia de un grupo de tipos profundamente desajustados de la vida normal que encontraron en la persecución constante de una estructura imposible algo que les dio sentido a sus vidas. Aunque al final el sentido sea deprimente y derrotista. Además, es una fabula sobre todas las visiones de Internet que NO tuvieron éxito.

3) Muy interesante entrevista a Pablo Semán, socio-etnográfo cultural donde habla de la cumbia y su posición actual en los estudios sociológicos sobre música. Su postura de dislocamiento de los prejuicios y su análisis que va más allá de los lugares comunes sobre la cumbia para llegar a explicaciones sorprendentemente empíricas (p.ej: cumbia villera = crisis 1998-2001 pero ¿por qué? No solo por “bronca x desmantelamiento del país” sino también por abaratamiento de los equipos durante la convertibilidad que permite una expansión de las bandas hacia el interior del conurbano) dan muchas ganas de leer el libro que promociona.

4) Como Yahoo mató a Flickr. De cómo el gigante más estúpido de Internet compró un servicio que prometía ser el futuro (comunidad, contenido generado por usuarios, belleza, simpleza) para volverlo una babosa pesada y fuera de contacto con los tiempos, donde nadie postea y solo vale algo por su enorme base de datos taggeada a la perfección.

5) Muy linda guía para comenzar a leer / entusiasmarse con Thunderbolts, ese underdog de Marvel que pudo convertirse en uno de sus últimos clásicos modernos. Yo también tengo una cierta debilidad por la serie y considero que últimamente, bajo la batuta del muy talentoso Jeff Parker levantó muchísimo y se volvió una de las últimas series sobre equipos de superhéroes hecha a la antigua usanza. Donde pasan cosas todo el tiempo pero los protagonistas no son necesariamente amigos, ni los arcos son de seis números.

6) El estallido espectacular de Gizmondo, una empresa fantasma, criminal y delirante que produjo una consola portátil aparentemente absurda (para competir con Sony y Nintendo)  y con juegos risibles mientras gastaba 100 millones de dólares por año y albergaba a un criminal sueco que se había vuelto conocido en su país como miembro de la “mafia de Uppsala”.

7) Una reseña sobre el libro de videojuegos escrito por Martin Amis en los 80s, supuestamente al mismo tiempo que escribía “Money”. Aparentemente es un affaire marcado por su estilo, su nihilismo y su ensayismo burlón, pero con ciertas tácticas precisas y aplicables ocultas en el medio del mismo. Que además él no quiere que leas.

8) Una historia oral de Countdown To Final Crisis. Quizás algunos de ustedes no lo recuerden (o lo borraron de su memoria) pero hubo un año en que DC Comics hizo todas las cosas mal, desde asesinatos sin sentido hasta el peor talento contratable en las series, desde aplastante control editorial hasta la sobre-exposición absurda de los New Gods que solo sirvió para disminuir su retorno en FC. Y Chris Eckert rastrilló los archivos (a través del caché de Google, ya que muchos han sido borrados desde entonces) de los principales sitios de noticias decomics para reconstruir la historia de ese gigantesco error.

9) Podetti revela los 6 tipos de decadencia artística. Sospecho que a Podetti hay que seguir leyéndolo todos los días, como hace tiempo que yo ya no puedo. A mi solamente me llega un artículo, de tanto en vez, que lo reafirma en su genialidad. Este es uno de ellos.