viernes, 30 de noviembre de 2007


Project Rooftop es una gran página surgida, como los mejores proyectos, del puro entusiasmo. Dean Trippe, un joven dibujante, decidió que era una buena idea promover una serie de “memes” en internet que consistían en rediseñar heroínas famosas. Al principio fue una competencia que se centraba en Batgirl, competencia que rompió records de presentaciones en Live Journal. A partir de ahí decidieron armar este sitio, un lugar donde distintos dibujantes, amateur y no, envían makeovers de sus héroes favoritos.
El último gran meme era el rediseño de Wonder Woman, a tiempo para el relanzamiento del comic con los guiones de Gail Simone. Pero mi favorita sin lugar a dudas es esta entrada en la que una dibujante llamada Jenna Salume le da una vuelta a TODOS los Robins. Miren ese Tim Drake con toda la onda y díganme si no les gustaría que todos sus superhéroes fueran tan casuales y cool.

jueves, 22 de noviembre de 2007



The Feelies en vivo en el CBGB's en el 79 haciendo "Crazy Rythm", tema que cerraba el totalmente increible disco homónimo, y que me pasé todo el día escuchando. The Feelies es una banda que me suena totalmente única, son algo así como la verdadera jam band indie. Y ese disco tiene una intensidad inusitada que no recuerdo haber sentido en casi ningún otro disco. Un disco al que semejante nombre no le queda grande para nada. Es un disco que siento, tal vez erróneamente, que está subestimado, porque se habla de él, sí, se lo recuerda, sí, pero yo lo pondría entre los mejores discos de la historia sin absolutamente ninguna duda. Este tema es de los mejores del disco y esta performance es tan buena como la versión de estudio. El alucinante interplay de guitarra entre Glenn Mercer y Bill Million, los dos eufóricos tocando con todo arriba de esa máquina, ese motor monstruoso e infalible que es la batería de Anton Fier. Me hace pensar en lo verdaderamente impresionante que debe haber sido ver un show entero de los Feelies en esa época. Ah, y por cierto, Anton Fier es el mejor baterista de la historia (bueno, tal vez empatado por Jaki Liebezeit, pero nadie más eh).

martes, 20 de noviembre de 2007

No Girls Allowed

La cuestión es así: Ubisoft es una desarrolladora de juegos. Su último juego es Assasin's Creed. Esta es la foto del grupo que lo desarrolló:



Habran notado a la frontwoman del team, Jade Raymond. Si, es linda. Y no solo es linda, sino que además muy locuaz, inteligente y hábil para hablar y además es la productora líder del juego, los de Ubisoft decidieron que sea la representante y de entrevistas sobre el mismo, y poner fotos de ella donde sea posible.
El resultado empieza por esto:



sigue con esto:



y esto:



Hasta llegar los rumores (falsos) de que ella va a aparecer en Maxim, que da resultado a... esto:



(el comic, entero, que es bueno, bastante berreta y bastante ofensivo, lo pueden ver aquí)

Y la cuestión no terminó ahí, ya que los de Ubisoft terminaron con una demanda a un simple flaco que posteó el comic por ahí. Más leña al fuego.

En fin, Hay una excelente charla sobre esto en un thread en Metafilter, de donde saqué esta información, y tambien de este blog y tambien este.

En toda esta ensalada digna de la Revista Caras hay varios puntos para ver:
- Bastante gente se pregunta porque en la foto del team del Asssasin's Creed esta Jade adelante de todo. La respuesta a medias es porque, bueno, ella es una de las líderes. Lo cual no es del todo correcta porque generalmente el líder total es el Lead Designer, no el Producer. De cualquier forma, seguramente haya algo de que, bueno, son Game Developers, no cualquiera tiene la nafta para aparecer enfrente en la foto. En los comments de Metafilter comenta alguien que estaba ahí en los HQ de Ubisoft en el momento en que fue sacada esa foto y explica que en general la gente prefiere ni siquiera salir.
- También puede ser cierto el hecho de que la empresa haya usado a Jade para las entrevistas, pero también esta el hecho de que aparentemente es muy hábil para ello - y de nuevo - es una de las líderes. Lo cual no justifica igual de que en todas las notas sobre el juego por alguna razón pongan una foto de ella y no del puto juego. Ahí llegamos a la conclusión reiterativa sobre esto: El perfil del videojugador promedio y de la prensa sobre videojuegos es lamentable.
- Sobre el comic: Si Raymond efectivamente apareciese en Maxim, el comic seria una sátira, jodida pero sátira al fin, pero no es el caso, ya que ella no hizo nada. Así que no funciona y esta muy mal ejecutado.
- Pero también recuerdo a sitios como the Onion o somethingawful ridiculizando a sitios como aintitcoolnews.com, poniendo en la portada al autor del site felando (literalmente) a la industria cinematografica y nadie se espantó por ello. Me parece que la idea del dibujante fue un poco eso, burlarse de Ubisoft, del fenómeno que rodea a Jade, y de todos los miles de fans. Pero lo hizo para el orto, y basado en un rumor. Cualquiera.
- Pero obviamente lo más triste es lo primero que se ve: Una industria y un público sumamente machista que convierte a una chica atractiva en un Sex Symbol. Todavía no se cuanto Ubisoft tuvo que ver con la publicitacion de ella, pero es obvio que la culpa es también de la prensa, y del público, los propios jugadores.

Update: Al parecer la empresa organizó un evento llamado "Jade Raymond presents Assassin's Creed"
que se trataba básicamente Jade firmando posters y sacandose fotos con fans. Oh yes.
Enorme y detallado articulo sobre la evolución de los juegos de unir bloquecitos (tipo tetris, dr. mario, puzzle bobble, etc, etc)
(via)

viernes, 16 de noviembre de 2007

Mala Onda

3 Bandas que reescuche y que me di cuenta que no estaban tan buenas:



a) New Order
Esta fue la más notoria. Ok, tienen temones como 'Blue Monday' y 'Bizarre Love Triangle' pero el brootherhood y el low life, luego de no escucharlos por un par de años, me dejaron muy frío. Es medio incomprensible lo que quieren hacer ahí. Porque no llega a ser música bailable, no rock, ni post-punk, ni pop del todo, y la mezcla en si como que no funciona, se queda muy a medio camino. Comparandolo (injustamente) con otras bandas del periodo se los comen con panes.
Hay como algo inseguro, torpe en la forma en que están armados los temas. Digamos que me quedo escuchando Depeche Mode o Erasure. Y Peter Hook, que en JD es de mis bajistas favoritos de todos los tiempos, se convierte en un payaso que solo hace la misma linea de bajo en la misma escala en todos los temas. Triste.
b) Pavement
El caso con Pavement no fue tan grave, pero también me dejaron un poco frío. Al mismo tiempo me di cuenta que lo que más me gusta es su paleta de sonidos y timbres. ¡Esas guitarras! También es sorprendente lo horrible que es el baterista, y también lo poco que importa - porque hay temas geniales.
Pero en si hay algo con malkmus (personaje que me cae bastante simpático), en su lirica, que me molestó. Quizás no estoy ahora en el mood para tanto tongue-in-cheek, o comentario al pedo, o que se me ponga a hablar de la voz de Geddy Lee. Digamos que entendí porque a tanta gente le cae tan para el orto y lo toma como la epítome del "pretentious hipster".
c) Sonic Youth
Hace poco hablaba con Amadeo acerca de su aversion por esta banda (que me dejo muy sorprendido) y le arme un micro-mixtape con mis temas favoritos de Sonic Youth, lo cual me hizo revisar toda su discografía. SY todavía fueron una importantísima banda para mi y fue una gran banda gateway en mi adolescencia (junto con Radiohead y Aphex Twin), pero tampoco son LA banda. Tienen varios problemas para hacer buenas canciones pop y como cantantes el que rescata a la banda como siempre es Lee, que no entiendo porque siempre se limita por un par de temas por disco (o quizás es una maniobra genial de el para quedar como el gran compositor y dejar solo sus mejores temas!). Podría hacer un compilado genial con temas como 'Tom Violence', 'Beauty Lies in the Eye', 'Brother James', 'JC', 'No Queen Blues, 'A Diamond Sea', y muchas más, pero, digamos, puedo comprender que a Amadeo nunca les haya cabido.
O más bien paso mi periodo de ellos y me interesan otras cosas.

3 Bandas que reescuche y que me di cuenta que son mejores de lo que recordaba:

a) Pixies
Los Pixies seguramente son la banda que menos envejeció del periodo de finales de los 80's / principios de los 90s. Quizás sea meramente por una cuestión de producción, de que no usaban nada muy obvio que marcara esa época (ni la anterior ni la posterior), pero siguen sonando muy frescos. Kim Deal es una cantante increíble, quizás no se note a simple vista pero hace justamente lo que deberia hacer, y todavia no entiendo como Joey Santiago no fue más imitado de lo que es. Ya hablamos en comentarios del parecido de la apuesta vocal de Black Francis a la de David Thomas, pero igual me parece que aporta su idea y lírica única, especialmente en los primeros discos (cuando se va al lado mas delirante de ovnis y etc ya aburre un poco).

b) Stereolab
Que infumables me parecian los discos de Stereolab cuando los conocí. Citando un poco a Matthew Perpetua, lo genial de Stereolab es cuanto les chupaba un huevo quedar como los intelectualoides frívolos que son. "Si, nos encanta el krautrock, los sintetizadores modulares de los 60s, Burt Bacharach y el Punk. y encima le metemos letras marxistas cantadas al estilo de Free Design. Y encima hacemos que de esa ensalada ridícula salga algo bueno. ¿Y que?" Tambien escuchando otros discos me doy cuenta que son mucho más variados de lo que parecen ser. El Dot and Loops suena bastante distinto a los otros, y no conocía su lado más tradicional y conocido krautnoise hasta recien escuchar estos dias el Transient Random-Noise Bursts with Announcements. Y es mucho más violento que el Emperor Tomato Ketchup, por ejemplo.
c) Dinosaur Jr.
Que banda que no le di pelota y me causaba un meh horrible. Re-escuchando el Bug me di cuenta que Mascis (además de sus obvias virtudes como guitarrista) tambien arma grandes melodias de voz. Siguen siendo en si una banda con una paleta no muy amplia pero que no importaba tanto. Próximos deberes: revisar su discografía y letras.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

Those God-Damned Dead End Kids.



Deadenders ocupa un lugar desolado en la bibliografía de Ed Brubaker. No es su hermoso revival noir de Catwoman, no es su reformulación de los policiales en Gotham Central, no es su Capitán América paranoico, no es sus primeros comics indie apreciados por todas-las-personas-correctas. Deadenders es una serie huérfana.
Esto no es tan curioso cuando uno recuerda que la publicó Vertigo. El imprint de DC tiene la mala costumbre de dejar morir series prometedoras (¿alguna vez tendremos la oportunidad de ver algo tan loco como The Minx por parte de Milligan?) en la cuna. Esta serie fue publicada entre el 2000 y el 2001, un momento raro en el imprint, con Preacher terminando, su capacidad para exprimirle dólares a los niños goth fanáticos de Sandman también, Transmetropolitan con menos de un año de vida y un largo trecho aún para Y y Fables. En ese ambiente es que se lanzó Deadenders (Igual pareciera que en Vertigo siempre hay un ambiente raro, siempre todo esta a punto de cancelarse, siempre van a hundirse cuando cierre su próximo “éxito”).
Casi sin promoción, con un equipo creativo que estaba muy lejos de ser estrellas (el arte lo provee Warren Pleece, del cual se hablará mas adelante), situada en un escenario post-apocalíptico que prontamente podía revelarse como un cliché…No es ninguna sorpresa que solo haya subsistido 16 números. Solo se publicó un trade paperback que, calculo, hoy en día esta fuera de publicación. Hundida casi sin rastros. Pero hay vida en estas páginas aun. Y, más importante, hay ambiciones destrozadas.



En el primer número conocemos a Bartholomew “Beezer” Beezenbach, un adolescente rebelde que solo quiere andar en su Vespa, cometer pequeños robos, meterse anfetas y, básicamente, ser insoportable con todo el mundo. La vuelta de tuerca esta en que todo se desarrolla en un futuro cercano, apocalíptico, en una ciudad gigantesca (piensen The City de Transmet, pero mucho menos glamorosa. Si, menos) dividida en distritos de acuerdo a clase social. El sol desapareció hace 19 años, tapado por un cielo permanentemente marrón, y los únicos distritos que tienen clima artificial son los más ricos. El resto se tiene que contentar con suburbios casi destruidos, gente que camina por las calles con las orejas apuntando al cielo esperando que caigan las bombas, cielo marrón mierda y estrictos controles de frontera para que no se cuelen en los sectores afluentes.
Pronto conocemos a los amigos de Beezer: Jasper, Mikey, su novia Sophie, su prima Corey y su rival / amigo Hal. Todos son un montón de post-adolescentes slackers que se dedican, al igual que nuestro héroe, a la nada misma. Perder el tiempo en el restaurant donde trabaja Sophie, drogarse, andar en Vespas, robar autos. Todos son mods, pero tienen filosofía punk. Son chicos que no quieren crecer y a los cuales el Cataclismo les ha dado la excusa perfecta para pensar que mañana no será nada mejor que hoy, entonces ¿para que molestarse?. Al mismo tiempo, no hay figuras paternas ni ningún tipo de ley superior que gobierne sus acciones. Beezer, nos enteramos en el primer número, es adoptado, lo cual lo vuelve una figura sin raíces, sin enseñanzas, obligado a crecer sin modelo y desinteresado en construir uno con su responsabilidad personal. Las autoridades, la policía, el gobierno, son una especie de instancia última, lejanísima, desinteresada en ellos a menos que se manden una gran cagada. Si se drogan y roban autos está todo bien. Nadie trabaja. Lo único que les resta es dejar un cadáver hermoso. Y el mismo Brubaker subraya esta sensación inminente de no future al matar a Jasper en el primer número.
Bueno, no lo mata, lo hace tener un accidente a causa de Beezer y sus visiones. Ah, claro, olvidé mencionarlo: Beezer tiene visiones de la vida antes del Cataclismo y el gobierno de la ciudad lo anda buscando. El accidente de Jasper provee el impulso para el primer arco argumental, “Stealing The Sun”, en el que Beezer se propone robar una máquina de clima de los suburbios ricos para proveerle a su amigo de una primera y última tarde de sol en la playa.
Si ese argumento les parece un tanto cliché, un tanto medio pelo, es porque lo es. Deadenders esta plagada de esas situaciones. Ideas prometedoras que no son desarrolladas como corresponde (los oidores de bombas, la sensación de que hay una división no solo de clase pero también de edad entre los sobrevivientes del Cataclismo), personajes que parecen interesantes pero terminan sirviendo de relleno (Hal, Jasper, Corey), números que parecen gritar “¡acá hay suficiente material para un arco de 4 episodios!”. No se cuanto de ello se deberá a imposición editorial y a su pronta cancelación y cuanto a las limitaciones de sus creadores, pero uno por momentos tiene ganas de pararse un tanto desesperado y sacudir el comic gritándole “¡Se mejor, demonios! ¡Se que puedes ser mejor!”.
En ningún lugar se nota tanto esto que en el arte de Warren Pleece, a quien yo recordaba como un clon de Sean Phillips en Hellblazer, allá lejos y hace tiempo cuando Paul Jenkins escribía bien. Los primeros 8 números están entintados por Richard Case y es meramente correcto: pocos detalles, líneas angulares, caras que parecen a medio terminar. Es trabajo profesional, pero nada del otro mundo. Pero a partir del 9 lo comienza a entintar Cameron Stewart y logra un salto enorme de calidad básicamente haciendo que el dibujo de Pleece parezca suyo: bloques de negros, caras mucho mas expresivas, una cierta “cuadradez”, rispidez, del dibujo que le faltaba con el entintado mas suelto de Case. Es una lástima que para entonces, cuando el comic estaba adoptando una imagen un poco mas personal, solo le quedasen 5 números de vida. Lo único que no cambia y se mantiene en un gran nivel de excelencia son las portadas de Phillip Bond (¿qué pasa que este tipo no esta dibujando una serie regular?, ¿acaso las editoriales odian el talento?).
Lo curioso del asunto es la manera en que la limitada vida de Deadenders y, seamos sinceros, la continua sensación de imposición editorial, atentan contra la premisa misma del comic desde el inicio. Estos chicos que no quieren crecer, atrapados en un comic que de hecho nunca creció, empiezan a cambiar y hacerse cargo de sus vidas casi inmediatamente. Para conseguir la máquina del clima, Beezer hace un trato con su proveedor de drogas, de manera tal de poder infiltrarse en los sectores ricos. Tiene que llevarle muchas muchas anfetas a un cliente que resulta ser un buchón, y obviamente todo termina mal. A raíz de eso, luego de la muerte de Jasper y de escapar del gobierno, Beezer se dedica a ocultarse con su novia. Luego de una paliza, los encuentra un librero de un sector contiguo que les da asilo.
Y aquí Brubraker se anota un poroto al hacer que Sophie, contra toda chance (si, claro, Beezer es un pendejo insoportable, pero uno tiene la sensación de que a lo largo de esta historia crecerá, cambiará y arreglaran todo con el poder del amor, maaaan) se quede con el librero en su casa. Al mismo tiempo Beezer safa de su dealer de una manera que no revelaré (solo digamos que el conocimiento sirve, chicos) y para el número 8 esta de nuevo en el viejo sector 5, solo, haciendo nada de nuevo, ni siquiera vendiendo anfetaminas y viviendo en un garage. Después de todo, y para mayor ignominia, sus padres casi lo entregan a la policía.



Justamente el numero 8 es, creo, el mejor de la serie. Titulado “My Secret Affair”, es una ventana a lo que la serie podría haber sido: una apropiación bizarra del genero romántico por adolescentes punks/mod en un futuro post-apocalíptico (los interludios llamados “Back In Sector 5” del arco argumental anterior tienen un tenor similar). La historia es simple: Danica (si, se llama así), la ex novia de Jasper, se enreda con Beezer en una relación que ambos saben no va a ningún lado. Enredarse es la palabra correcta, enredarse de ese modo pringoso en que uno confunde sexo, cariño y comodidad de vez en cuando con sus amigos cercanos. Se lee, casi casi, como un capítulo de Love And Rockets de Jaime Hernandez y es una pequeña ventana que demuestra el talento de Brubaker para escribir jóvenes que se comportan como jóvenes, que cogen, se drogan, tiene estilo y se hacen un poco de daño en el proceso. Estoy seguro que si hubiesen tenido más tiempo, hubiésemos visto más capítulos de esta naturaleza, que hubiesen explotado la gran ventaja de esta serie: sus personajes.
También hay otra imagen, paródica, de lo que Deadenders podría haber sido. En el numero 4 se reproducen paginas de “la versión original de Deadenders, creada en los 60 por Mort Himmelman”: un comic a lo Archie que parece sacado de la mesa de luz Dan DeCarlo, solo que con Betty, Veronica y compañía reemplazados por los protagonistas mugrientos de esta serie. Es otra marca de la enorme ambición nunca concretada de la serie que estos backups no sean vistos de nuevo hasta el numero 16, el final. Una vez más, si esta serie se especializa en algo es en oportunidades truncadas.
Luego de ese maravilloso número 8 supongo que la noticia de la cancelación ya andaba dando vueltas, porque Brubaker se larga de cabeza a cerrar la mayoría de las historias de la serie. Beezer experimenta un cambio radical y pasa de ser el mas vago entre todos los vagos a preocuparse por intentar averiguar de donde viene, que pasó con el Cataclismo y de que manera esta conectado con él. Aprovechando un pase entre zonas que le da el librero, se larga en una aventura a explorar los sectores ricos de la ciudad, en búsqueda de uno de los clientes del vendedor de libros que aparentemente tiene sus mismas visiones.
Todo se precipita: la persona que visita es una chica, se llama Anna y es casualmente la hija del gobernador de la ciudad; Brubaker introduce al primer villano-villano recurrente de la serie (que, casualmente, es un chico del mismo sector que Beezer, solo que crecido y convertido en policía. Don’t sell out to the man, kids!); el dúo se dedica a buscar a otros chicos como ellos, resultando en el capítulo mas apresurado de la serie, en el cual conocen a uno de ellos que es alabado como un Mesías por sus visiones; aparecen viejos científicos responsables del experimento que destruyó al mundo y, finalmente, todo se desenlaza en un enfrentamiento entre una célula terrorista que busca restaurar el experimento y las fuerzas del gobierno de la ciudad. Todo es bastante caótico y hay muchas decisiones en cuanto a caracterización que suenan falsas. ¿Era realmente necesario que Anna y Beezer terminen siendo una “pareja” y que nos intenten hacer creer que su amor es tan profundo? Las desventajas de no tener tiempo para desarrollar una historia orgánicamente, supongo.



Por suerte a esta altura Cameron Stewart esta consiguiendo que los dibujos sean un placer de leer, y hay imágenes (como la de la máquina a la que están conectados los chicos) que son realmente impresionantes. Hay una especie de mezcla entre la naturalidad de los Hermanos Hernández para las expresiones y la crudeza de Kirby para la maquinaria y ciertas escenas de acción que, al mantenerse cada uno en sus planos, combina realmente bien.
Finalmente descubrimos que el cataclismo fue producido por un científico que quería resucitar a su esposa muerta, Anna y Beezer se sacrifican y el mundo se restaura como debería haber sido si el desastre no acontecía. El último número es un maravilloso monstruo con piezas de distintas visiones de Deadenders cosidas para intentar dar resolución a la historia. Comienza como una historia normal; salta a la parodia de Archie; retorna a la historia normal pero 15 años en el futuro, de manera de cerrar los sub-plots de los personajes secundarios, y finalmente adopta el formato de un comic romántico de los 50 para contarnos que fue de Anna y Beezer.



A pesar de que mi resumen de arriba pueda hacerlo parecer confuso o desprolijo, funciona. Deja muchas preguntas en el aire, la resolución de los destinos de los personajes secundarios no siempre es buena, e incluso lo que les sucede a Anna y Beezer no se termina de explicar. Pero luego de varios números de jugar a ser los Invisibles (o algún otro comic de conspiraciones y ciencia ficción) Deadenders vuelve a ser ese familiar drama-comedia sobre personajes fallidos. La conversación entre una Corey crecida y Beezer es de una naturalidad tal que uno nunca siente que esta ahí solo para rellenar datos y el retorno de Archienders es siempre bienvenido.
Pero la verdadera pieza maestra es la porción de Anna y Beezer. Si bien he dicho que la explicación de lo que les sucede no tiene mucho sentido, el tono de las páginas se ajusta perfectamente a la idea detrás de la serie de Brubaker y Pleece: ¿cómo crecer en un mundo en el que todo te indica que no hay hacia donde hacerlo? La respuesta en el caso de los protagonistas termina siendo “se sale del mismo”.
Anna y Beezer parecen reencarnarse en un mundo donde el Cataclismo nunca sucedió, donde el mundo parece estar congelado en una visión de un comic romántico de los 50, todo líneas duras, primeros planos y angustia. Beezer no conoció a sus amigos, que aparentan no existir, pero estuvo predestinado a estar con Anna. Aquí se llama Noah y sueña con su otra realidad y sus días de slacker. Todo esta teñido de una melancolía enorme, de una sensación de pérdida gigantesca. Sin embargo, Brubaker, en primer lugar, se sumerge enormemente en la lógica de los comics románticos, causando que así como la angustia y el sentimiento de pérdida de Anna y Beezer son pantagruélicos, también lo sea su amor. En segundo lugar, uno siente que esta siendo caritativo con sus personajes, que se da cuenta de que les han quitado a sus protagonistas el entorno que les daba sentido, los mejores años de su vida, así que lo mínimo que pueden hacer es darles un final feliz.
Al final de la historia Noah deja de tener sus sueños y transcurren muchos años. Beezer y Anna envejecidos viajan por el campo y encuentran una vespa al costado del camino junto con un estuche de vinilos de bandas mod y un pequeño tocadiscos. Beezer los sube al auto y al llegar a casa y escuchar los discos le parece recordar un sueño que nunca tuvo.
Supongo que crecer tiene sus precios. Es, de alguna manera, como vender tu alma al diablo. Y uno siempre puede encontrarse una vespa y un montón de discos que te recuerdan cuan rápido eras y que canciones bailabas mientras intentabas furiosamente no ir a ningún lado.

Deadenders, entero, para el lector ladrón.
Rejected, junto con The Raftman's Razors, de lo mejor que vi en youtube.
via este blog y este blog.

martes, 13 de noviembre de 2007

Most of the songs are barely distinguishable from each other in their primitive two-chord structures. You've heard all this before from such notables as the Seeds, Blue Cheer, Question Mark and the Mysterians, and the Kingsmen. The difference here, the difference which will sell several hundred thousand copies of this album, is in the hype, the thick overlay of teenage-revolution and total-energy-thing which conceals these scrapyard vistas of cliches and ugly noise.

Eso decía el gran Lester Bangs de Kick Out the Jams de MC5. Y no, al viejo Lester no le gustaba una mierda ese disco (me pregunto que habrá pensado entonces de los discos de mierda que grabaron después). En caso de que quieran leer esta reseña entera y muchas otras de uno de los más grandes críticos de rock acá tienen muchos links a sus reseñas en el archivo de la Rolling Stone. Y por dios, que chica que le quedaba esa revista de mierda.

lunes, 12 de noviembre de 2007

Ariel Pink V

Everybody

o El último post sobre Ariel Pink, o Cómo deshacer una canción ajena pieza por pieza para rearmarla de una forma que sea lo mismo pero completamente diferente al mismo tiempo. Este track está incluido en un muy reciente álbum tributo a Madonna en el que solamente conocía a Pink y a Lavender Diamond entre los artisas que participaban así que no tengo ni idea de como sera. Pero este tema debe garpar todo el disco. Pink agarra un viejo tema de Madonna (que era bastante bueno en su versión original, no lo neguemos) y lo deshace y lo hace a nuevo básicamente sampleando y pitcheando el tema original, dejando la voz original en varias partes y cantándole encima y pasándolo por el filtro de mal sonido que deben ser los equipos de cuarta mano con los que debe trabajar convirtiendo este track en un híbrido a mitad de camino entre el cover, el remix y el karaoke y poniéndole un sello inconfundiblemente Ariel Pink a la deformidad resultante. Un caso raro pero ejemplar de como acercarse a un tema ajeno. Y bueno, este es el último post de esta serie dedicada a Ariel Pink y creo que me alcanzó como para no volver a hablar de él por un largo tiempo. Espero que aunque sea uno que no lo había escuchado ahora le haya prestado atención. No los molesto más. Volvemos a la programación habitual.

Ariel Pink IV

Jules Lost His Jewels

Elegí este tema como cuarto post solo porque está muy bueno, porque es el tema por el que Ezequiel logró entrar al maravilloso mundo de Ariel Pink y porque (esto es algo totalmente personal y antojadizo) estos temas más pop de él en los que se nota más la influencia setentosa (posiblemente por esto) son los que más me hacen acordar a R. Stevie Moore. Y si la asociación es cualquiera no importa, porque a Moore lo tenía que nombrar sí o sí. ¿Quién es R. Stevie Moore? Una verdadera leyenda lo-fi y uno de los artistas más ignorados de la historia. Un viejo loco que viene grabando miles de discos desde los 60s con el mismo estilo de producción que Pink. Es la principal influencia, gurú, padre espiritual, amigo personal y colaborador de Ariel Pink y uno de los artistas más únicos que se puedan encontrar por ahí. Alguien que descubrí obviamente a través de Pink y que ha tenido un leve suceso reciente en la blogósfera y aledaños gracias al hype de sus groupies oficiales, el Pega y amb, dos verdaderos arqueólogos musicales. Del tema en sí no tengo demasiado para decir. Es uno de los temas más pop, más arriba y más 70s que escuché hasta ahora de Pink, un tema alegre y divertido que se diferencia de la mayoría de sus temas en lo centrado que es. Es una canción de estructura clara, que no se torna difuso ni se dispersa en ningún momento. Un momento de concentración bastante único en Pink. Nada más, me queda otro post más, mientras entreténganse con este tema.

Intercambio Musical #5

No hay mucho que decir. Otra muestra más de nuestra enorme amabilidad y cariño hacia nuestros lectores. Eso o un post de relleno con todos los discos que solemos pasarnos o nos pasan. Lo que prefieran, total lo que importa es que hay discos buenísimos para bajar.

NoMeansNo - Wrong
Danielson - Ships
The Fall - Extricate
Robyn Hitchcock - Eye
Soft Boys - Underwater Moonlight
Dr. Dog - Toothbrush
Ariel Pink - The Doldrums
Stereolab - Transient Random-Noise Burst with Announcements
Stereolab - Emperor tomato ketchup
The Byrds - Fifth Dimension
Georges Brassens - Les copains d'abord (disco 1)
Georges Brassens - Les copains d'abord (disco 2)
Todd Rundgren - Something Anything

viernes, 9 de noviembre de 2007

Ariel Pink III

Interesting Results

Hablé en el primer post de la producción y la composición de las canciones de Ariel Pink y en el segundo post hablé de mi idea de su actitud hacia las canciones. Y todo eso que yo decía está clarísimo en esta canción que es una verdadera declaración de principios sobre su propio trabajo.

will I write a song you love today?
there’s no way to tell and who cares, well I don’t
thank the lord
that my standards for success are so low

every time I pick up the pen I get interesting results
every time I sit down and I try I get interesting results
at least interesting results

will I write a song I like today?
decidedly no, there’s no way, but okay
I guess I’ll just go sing
what’s on my mind

every time I pick up the pen I get interesting results
every time I sit down and I try I get extraterrestrial results
I get these interesting results

I’m not gonna try
I’m not gonna try anymore

this is not tryin’
this is not tryin’

no, I’m not gonna try
I’m not gonna try anymore
I’m not gonna try
I’m not gonna try anymore
I’m not gonna try
I’m not gonna try anymore

it may not be much, but let’s see you try

La actitud de la que hablaba en el post anterior la explica el mismo de forma clarísima en la segunda estrofa cuando dice que de seguro no va a escribir nada que lo convenza a él personalmente pero es lo mismo, simplemente va a cantar lo que le salga y listo. Y a esa indiferencia hacia su propia música se le suma la indiferencia hacia la posible reacción del público en la primer estrofa, diciendo que no sabe si a alguien le va a gustar pero no importa porque por suerte expectativas de éxito son bajas.

En las últimas líneas de la canción dice que no va a esforzarse más y en la última línea lanza un desafío al oyente diciéndole que podrá no ser mucho pero que lo intente él. El castellano me obliga a usar dos palabras diferentes esforzarse e intentar pero el inglés se las arregla con una sola palabra try por eso aunque la interpretación mía es la más obvia la ambigüedad permite entenderlo de otra forma y me gusta más pensar que no desafía al oyente a que lo intente, sino que está diciendo "no me voy a esforzar más, ... vamos a verte a vos esforzándote". Una forma de decir que, sí, es una deformidad y suena como el culo, pero no se va a esforzar más y va a quedar así, vos vas a hacer el esfuerzo de escucharlo y terminarlo. Queda en tus manos ordenar ese desastre y darle forma, el proceso no termina en el disco, termina en el oyente.

Capaz que ya se olvidaron pero antes de empezar estos posts prometí específicamente un tema de Pink y todavía no lo postee, así que no piensen que esto termina acá.

Every day tens of millions of "captchas" are solved by humans, using undreds of thousands of man-hours of work. But what if those person hours could be used for something beneficial?
http://recaptcha.net/
(via)

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Ariel Pink II

Envelopes Another Day

Uno de los mejores temas de The Doldrums, un disco al que una review de Pitchfork hecha por algún idiota que no sé quien es le dio un 5/10 confirmando para mi la posición de outsider total de Pink, porque si sos un artista indie lo-fi y ni siquiera te hypea la Pitchfork es porque de verdad que te quedaste afuera de todas. Pero hasta un idiota sin nada para decir puede tener alguna idea interesante o darse cuenta de una verdad aunque sea por las razones equivocadas o no sepa interpretarla. Es una reseña relativamente larga donde se nota que el tipo no entiende nada y saca las conclusiones diametralmente opuestas de las mías de absolutamente cada detalle, pero dice por el medio algunas cosas potencialmente interesantes (claro que él las tira como críticas porque no puede ver que no son puntos en contra, ni siquiera a favor, sino posibles puntos de interpretación, pero bueno...). Lo que dice es que todas sus canciones se estiran mas de lo necesario y ni las canciones ni los discos parecen poder contener a Pink, y que su producción está basada en un culto a la personalidad que convierte sus defectos en particularidades positivas. A causa de esto ya no importan realmente las canciones porque toda su obra sería un gigantesco work in progress. Y ahí algo cierto. Por momentos se nota una total despreocupación de Pink por las canciones. No es raro que sus temas cambien brutalmente varias veces y suenen como un pasticho de diferentes composiciones, o que se estiren innecesariamente, o que parezca una improvisación en donde en ningún momento está seguro de que va a tocar a continuación. Escuchen em el estribillo de esta canción ese dejo de desgano, cansancio, indiferencia con el que canta. Uno se lo imagina aburrido grabando "otra canción más" y esperando que termine para poder meterse en la próxima. Lo de usar las faltas y los defectos de forma positiva ya lo hablé en el post anterior. Y lo del culto a la personalidad me hace acordar mucho a algo que una vez me decía uno de los grandes fans de Pink por estos pagos, amb, y que se suma a lo que decía antes del exceso en sus canciones, y era que después de todo la música de Ariel Pink solo podía haber salido de Beverly Hills. Enjoy y esperen la próxima entrega.

Ariel Pink I

Haunted Graffiti

Ariel Pink es una de las mejores cosas que le pasó a la música en mucho tiempo. Para mi no existe ninguna duda. Es uno de los pocos artistas actuales que todavía tiene ideas interesantes y un sonido único. Que señala una posible alternativa al más-de-lo-mismo. Y esta canción me parece una de las que mejor lo representa a él y a sus ideas recurrentes. El tema Ariel Pink perfecto. En el mismo momento que empieza está todo ahí. El sonido difuso, casi como un zumbido, que uno no puede reconocer realmente con que está hecho, al que inmediatamente se le suman otros sonidos que suman a la confusión con el perpetuo siseo de una mala grabación casera en cinta de fondo. Las voces que se superponen, los falsetos, las percusiones cutre hechas con la boca o con lo que pinte. Cuando uno piensa en grabaciones caseras, en lo-fi y demás, inmediatamente se imagina a un cantautor solo con su guitarra adelante de una portaestudio o un grabador de cinta pasado de moda cantando canciones simples y minimalistas a lá John Darnielle o haciendo canciones pop efímeras estilo Guided By Voices. Y en la mayoría de los casos uno no se equivocaría. Salvo en el caso de Ariel Pink, que es todo lo contrario. Sus intenciones son grandilocuentes, los sonidos se suman uno encima de otro al igual que las voces cada uno sumando una capa más de mal sonido, chilla en falseto, usa sonidos calcados de bandas de arena rock de los 70s, compone temas de 10 minutos con nombres épicos. Las mayoría de los artistas lo-fi podrían hacer sus canciones perfectamente con el sonido más limpio que un estudio profesinal pueda dar y no se perdería casi nada. En el caso de Ariel Pink es diferente, la baja fidelidad del sonido no es un efecto inevitable de las condiciones de grabación sino que es un elemento fundamental de las composiciones. No hay detrás una canción ideal ensuciada por el mal sonido sino que la canción surge de ese sonido. La producción comprendida como composición. Si la simplicidad y el minimalismo suelen llevarse bien con el lo-fi es porque en condiciones caseras de grabación a más complejidad peor sonido y Pink usa esto a su favor haciendo con notable horror vacui canciones sobrecargadas en las que el mal sonido suma a la sobrecarga sonora y hasta el último espacio posible es llenado con el omnipresente siseo de la cinta. Digieran este tema rápido que se vienen más pronto.

jueves, 1 de noviembre de 2007

Ariel Pink and Matt Fisbeck - My whole life Story
No conozco para nada a Matt fisbeck y recién ahora me estoy introduciendo en la discografía de Ariel Pink, pero a primera impresión y junto a los otros temas de este ep colaboración, parecería que este proyecto da un resultado mas cohesivo , ordenado y prolijo en la composición de las canciones. Esta canción en particular tiene un nivel de melodías increíble, tanto el verso, como los supuestos dos estribillos son perfectos y pegadizos, e incluso el corto arty donde canta"and i hear the bells chime" - y la música se corta y se escuchan unas demasiado literales campanadas - no queda desubicado en lo más mínimo.

The Clean - Tally Ho!
Cada vez que escucho este tema todavía no lo puedo creer del todo, y ahora que se que el tema data de 1981, todavía me parece aún más sorprendente. Como buena música de outsiders, Los The Clean hicieron algo que no tenia casi nada que ver con lo que pasaba en la 'escena musical' de su epoca, con la máquina de ritmos cutre y el mejor teclado chillón de la historia, y sobre todo, la forma en que esta cantada, cuales adolescentes sobre-excitados antes de una cita y al final de clases. Ya se que es un tema reiterativo en este blog, pero 'Tally Ho!' seguramente sea todo lo que el indie de ahora tendría que ser y no es.

Lo-fi-Fnk - City
Lo peor que uno puede hacer es juzgar a los Lo-fi-fnk por sus videoclips, increíblemente feos. Pero son muy buenos, y en la música electronica y el synthpop actual cubren un nicho interesante, más bien por su forma de encarar el género de una forma bastante particular.
Lo de este dúo sueco es bastante poco 'retro', y sus influencias mas bien están ancladas en los 90s y 00s. Su fuerte es por lejos las lineas pegadizas con sinte y arpegiadas, al punto de que no hay grandes estribillos cantados ni similar. Las voces mayoritariamente acompañan los versos, dejando teclados y arreglos para los estribillos. El bajo - comparado con un gran porcentaje de la música electronica y de baile - esta en un papel más bien funcional.
Bah, quizás sea un poco retro lo que hacen estos muchachos, después de todo, es techno, por definición música de autos voladores y cromo, un concepto bastante anticuado estos días.