Se acerca el fin de año y, como buen neurótico obsesivo
fanático de las listas, comienzo a pensar un balance de aquellos discos que más
me gustaron. Durante muchos años hice una lista de lo mejor del año acá y
antes en Modern Life Is Rubbish. Pero el año pasado me hice el boludo, porque,
para decirles la verdad, estaba cansado, cubierto de trabajo y sin ganas de
agarrar y escribir 20 o 25 textitos justificando porque cada disco merece su
atención.
Y este año tampoco tengo ganas de hacer eso. La verdad, si
quieren que les confiese, es que hace dos años que escribo una columna mensual
de música en la revista Haciendo Cine y, si bien es un buen ejercicio que me
obliga a seguir escuchando nuevos lanzamientos y pensar sobre ellos, también es
agotador. Es cansador tener que pensar dos o tres textos de 800 caracteres por
mes vendiendo un disco y no repetirse. Si fuese un escritor honesto, lo que haría
es subir todas esas reseñitas y dejar en evidencia cuantas veces uso los mismos
adjetivos, cuantas veces justifico algo por la emoción que produce, cuantas
veces hablo de rock electrónico y robot y de “tecladitos”. Pero la verdad que
soy un farsante, y no tengo ganas de someterme en ese ejercicio.
Escribir la lista de fin de año hubiese sido escribir de
nuevo esas reseñas, volver sobre mis pasos, aburrirme. Ya no hace falta. Ahora
ustedes, gracias al crecimiento de las redes sociales y los servicios de
streaming, pueden experimentarlo con sus propios oídos. En alguna época hacía
una lista sin siquiera links de descarga. Que regresivo que sería eso ahora.
Entonces, lo que hice fue armar un playlist de Grooveshark
(ese servicio de streaming musical tan nacional y popular, indispensable en
fiestas y oficinas) con lo mejor (para mí) del año. Es un work in progress,
todavía no pude agregarle los tema del disco de The Fall de este año, ni
escuché el de Mountain Goats o el de Robyn Hitchcock con atención, ni sé que
agregar del de Kate Bush. Hay obsesiones continuas (Electric Six, Art Brut,
Malkmus, Antolín, 107 Faunos), bandas nuevas (Das Racist, The Vaccines,
Posavasos) y de todo un poco. Y hasta contiene una pequeña trampa: un tema de Solletico
del 2010 que descubrí este año y que me parece tan, pero tan genial (además de que
su EP salió a finales del año pasado) que merecía estar aquí.
Vayan, escuchen, comenten, pónganlo en sus casas, bájense los discos después. Lo hermoso de esta época es que no necesitan un sabio que les guie
infaliblemente alrededor de que bajar.
Ah, y el disco de Lady Gaga es muy malo, tanto que casi me
arrepiento de haberle dado un lugar preferencial a su debut hace unos años.
4 comentarios:
empecé a escuchar la lista hace unos días, y ya te había hecho unos comentarios. texto sincero este, eso quiere decir, que me gustó, ja. salut!
El disco de la gaga es malo, es verdad.
judas me parece muy buen tema, pero el resto es flojísimo.
Premio a disco decepción del 2011
confesión de parte: yo esperé el año pasado que saliera tu lista de discos.
y es que soy muy flojo ya para estar al día de lo que sale (con decir que mi siguiente post va a ser de un disco que me ha emocionado, que recién escucho ahora casi en el 2012, y que salió cuando todavía casi era el 2009)
así que qué bueno
No sé si el disco de Gaga me pareció tan malo como a ustedes (conceptualmente me pareció que tenía algunas cosas interesantes, si bien musicalmente no tenía muchas) pero sí, es decepcionante.
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